En el fondo a todos nos gusta pasar miedo. A través de las historias de fantasmas, espíritus y asesinos en serie volvemos, en cierto modo, a ser niños que se enfrentan a un mundo desconocido. Aunque parece que el género tiene como objetivo asustar, existen numerosos autores que simplemente disfrutan de la temática y que la aprovechan para dotar de un carácter especial a sus obras. Hoy hablamos de tres de ellas:
Cine: ‘Suspiria’ de Dario Argento (1977)
Este filme es un clásico del subgénero del cine de horror italiano conocido como giallo, que contó con un remake en 2018 a manos del director Luca Guadagnino. Este título de culto destaca por su magnética puesta en escena, su inquietante ambientación y por sus secuencias de gore, las cuales, por su crudeza, no dejan de contar con una belleza calculada al milímetro. En Suspiria encontrarás brujas, danza, una cuidada fotografía y mucha, mucha sangre.
Literatura: ‘Libros de sangre’ de Clive Barker (1984-1985)
Junto al famoso Stephen King, Clive Barker es considerado como uno de los maestros de la literatura de terror contemporánea. En las páginas de los seis volúmenes que componen los Libros de sangre, Barker hace gala de su enfermiza creatividad y nos presenta, a través de una serie de relatos breves de gran calidad, situaciones sumamente desagradables en las que el terror psicológico y el body horror tienen un gran peso.
Música: ‘Generación deprimente’ de Psycho Loosers (2013)
Siento un cariño especial hacia este álbum de la banda salmantina de pop-punk Psycho Loosers, que en su tercer largo abrazó de nuevo un sonido próximo a grupos como Green Day y que, al mismo tiempo, nos regaló unas letras ácidas, directas y amargas que hacen de Generación deprimente una tragicomedia punk de gran calidad. Sangre, tetas y punk-rock es una película de terror de serie B convertida en una canción de dos minutos y medio que refleja bien el interés que profesan de la banda por la cultura del horror.
