Una película diferente en la saga de Niños Ingenuos domesticando Animales Salvajes
Tras la muerte de su madre, Vicky, una niña de ocho años, se niega a hablar. Su padre, desconsolado, decide mudarse con ella a un pueblo de montaña en Lyon donde pasaba su infancia los fines de semana. Cuando un anciano le regala un cachorro llamado Misterio (Mystère), Vicky volverá a hablar y se lo llevará a escondidas a casa, pero los problemas en el pueblo no pararán mientras el que parecía un cachorro de perro toma la forma de un lobo. Dirigida por Denis Imbert y escrita junto a Rémi Sappe, Mathieu Oullion y Stéphanie Vasseur, El secreto de Vicky cuenta una historia basada en hechos reales.
La trama rodea numerosos conflictos que, sin embargo, son siempre relegados a un segundo plano para dejar paso a El Conflicto: la relación entre un padre que haría cualquier cosa por restaurar el vínculo con su hija tras la culpa de una tragedia. Por momentos, la trama avanza solo gracias a una intuición desmesurada por parte de los personajes. Esta fragilidad, en cambio, se contrarresta con un final que, aunque no podía ser otro, entrelaza la causa de la tragedia familiar y su consecuencia.
Todas las interpretaciones están correctas, destacando al padre torpe y cariñoso que personifica Vincent Elbaz y a la joven protagonista, Shanna Keil, que si bien no aparenta ocho años esto queda olvidado tras su talento interpretativo, presente desde el inicio por su capacidad de trasmitir la línea de pensamiento tras su silencio.
El secreto de Vicky forma parte del género de películas que reflexionan sobre el papel de los humanos con la naturaleza, protagonizadas por niños como exponentes de la inocencia y la bondad y acompañados de enternecedoras crías de animales salvajes. Los franceses se han abanderado este género desde hace años, como demuestran películas como Una amistad inolvidable (2007), aunque el estreno en 2021 de El secreto de Vicky y de la también francesa El lobo y el león, basada en Canadá, sugiere que sigue de lo más vigente.
Uno de los mayores logros de la película es no caer en los tópicos propios de tramas familiares. Por ejemplo, se aleja diametralmente de otras que tratan el duelo, caracterizadas por las peleas entre la familia, tanto política como consanguínea, por quién tiene la culpa o quién echa más de menos al fallecido. Tampoco fuerza una relación amorosa que no habría dado tiempo a construir, ni crea conflictos de adaptación cuando Vicky empieza en un nuevo sitio. Al fin y al cabo, la película no va de eso.
Una última anotación concierne a la traducción y adaptación de la película. Fuera de Francia, Victoria pasa a ser Vicky, y el título de la película, Misterio (Mystère), se transforma en su versión infantilizada: El secreto de Vicky, que, aunque enfoca más al público infantil, pierde un público adulto que también podría disfrutar del filme. Se trata de una película para toda la familia donde, si bien no sorprende con su final (el único posible), cumple con una buena cinematografía, si bien con un ritmo más lento del necesario. El viernes 29 de abril llega a la cartelera española.