Velocidad e historia caracterizan al circuito del Jarama, uno de los más famosos de España. Situado en San Sebastián de Los Reyes, en el norte Madrid, en su época dorada acogió tanto el mundial de F1 como de motociclismo, en los que compitieron leyendas del motor como Giles Villeneuve. Actualmente, está abierto para el disfrute de los aficionados del motor y otras competiciones.
Antes de la construcción del Circuito del Jarama, las carreras deportivas del país se habían llevado a cabo en circuitos improvisados que aprovechaban las carreteras y calles públicas. Pero fue en 1967 cuando el Real Automóvil Club de España (RACE) inauguró la primera pista permanente de velocidad del país, en un terreno árido y lleno de matojos en San Sebastián de los Reyes, al norte de Madrid.
En este circuito se han celebrado competiciones de todas las categorías del mundo del motor, desde Fórmula 1, 2, 3 y 3000, hasta campeonatos mundiales, de Europa y de España de motociclismo, automovilismo, de turismos y de camiones. De este modo, el Circuito del Jarama se consagró como uno de los trazados más importantes a nivel mundial. No se pueden olvidar carreras donde acontecieron eventos históricos, como la última victoria de Fórmula 1 de Gilles Villeneuve con su Ferrari 126, que ya es un hito dentro del mundo del motor. O cuando Carlos Checa se hizo con la victoria corriendo con el equipo de Honda Pons en la última carrera del Mundial de MotoGP (entonces llamado 500cc) que tuvo lugar en el Jarama en 1998.
Sandra Virumbrales, periodista y aficionada del motor, tuvo la oportunidad de acudir al circuito múltiples veces, (como prensa y como aficionada) como para la presentación de Movistar Fórmula 1 de la temporada pasada. Pero el recuerdo que con más cariño alberga Sandra es de una de las veces que asistió al circuito como aficionada: “Tuve el placer de acudir a uno de los gestos más bonitos que se ha podido hacer relacionado con este mundo, que fue el homenaje a Ángel Nieto tras su fallecimiento en 2017”.
Uno de los aspectos que más atrae a los aficionados es la gran historia detrás de este circuito, y para Sandra no es diferente. A pesar de que es muy joven para haber vivido ninguna de las carreras históricas del circuito, sí que se ha empapado de las repeticiones y las historias sobre el Jarama que le contaba su padre, también aficionado al motor: “Ojalá haber vivido esa etapa del motociclismo español”.
Los pilotos que corren en el Jarama también son conscientes de todas las historias que envuelven a su trazado. Ángel Santos, piloto del Campeonato de España de Resistencia, cree que tiene mucha suerte de haber podido correr en este circuito: “Correr en él siempre es especial. Yo he crecido viendo a mis ídolos correr allí. Me siento un afortunado cada vez que tengo que competir en él”.
Una leyenda viva
Actualmente, el circuito acoge el Campeonato de Europa de Camiones y otras competiciones nacionales, como el Campeonato de España de Gran Turismos, las Mitjet series y el Open de España de Resistencia. Conducir un Ferrari, un coche clásico o competir en karts son otras de las actividades que ofrece el Jarama para sus aficionados. También existe la posibilidad de disfrutar de visitas guiadas en el circuito.
Empresas como Tandas Privadas permiten a los amantes de la velocidad entrar a correr en las pistas con su propio vehículo, da igual si es un Ferrari o un Seat León. Aunque no sean competiciones, los corredores pueden dar vueltas por el circuito y echar pequeñas carreras con otros participantes. El único inconveniente es el alto precio de la actividad, ya que una tanda (20 minutos) suele costar alrededor de 40 euros. Si a este factor se le añade la preparación del coche y los posibles riesgos que se pueden sufrir, correr en el circuito se convierte en un sueño difícil de conseguir, pero posible. Diferentes aficionados declaran que, aunque pueda ser caro, la velocidad y adrenalina que se siente en un circuito no tiene precio.
El fin de semana del 12 y 13 octubre del pasado año se celebró la cuarta cita del Campeonato de España de Resistencia en el Jarama. Ángel Santos consiguió hacerse con la victoria en un circuito en el que el piloto considera que es muy especial correr por las características de su trazado: “El trazado del Jarama es de los de vieja escuela. No tiene nada que ver a los actuales, donde los estándares de seguridad son mucho más altos. La cercanía de las vallas y las tribunas, crean una sensación de velocidad mucho más alta que otros circuitos”.
Aun así, Mario Manso, Director de Expansión y Diversificación de Negocio, destaca los pocos, por no decir ninguno, accidentes graves que han tenido en el circuito. Mario también recalca que los pilotos amateurs que vienen en las tandas privadas son los más propensos a sufrir este tipo de accidentes.
No todo es velocidad
Algo por lo que destaca el Jarama es por su capacidad para reinventarse. Sin perder de vistas sus orígenes ni dejar de lado los deportes de motor, el equipo que trabaja en el circuito ha sabido como aprovechar todos sus espacios al máximo.
Desde clases de conducción hasta un scape room, son muchos de los servicios que ofrece el Jarama. También perfecto para presentaciones y eventos de empresa, sin necesidad de que sean marcas relacionadas con el motor. Además, el circuito se encuentra en medio de un proceso de remodelación para seguir albergando este tipo de eventos.
El fin de una era
A pesar de ser un circuito histórico, ya no forma parte de los calendarios de MotoGP o Fórmula 1. Pese a lo que se pueda creer, no es un problema del trazado, que, como explica Mario Manso, sí que cumple los estándares de seguridad exigidos por ambas competiciones. Es cierto que tendrían que modificarse o añadirse ciertos aspectos al circuito en el caso de que se volvieran a acoger estas competiciones, como los pianos reglamentarios que la FIA impone a los circuitos de F1. Pero el motivo por el que ya no se dan competiciones de tal calibre en el Jarama no tiene nada que ver con su falta de actualización, ya que, según Mario, no sería difícil su puesta a punto.
La razón principal por la que ya no se compite es porque todas las veces que se ha puesto sobre la mesa la idea de acoger de nuevo alguna de estas competiciones, nunca se ha contado con el apoyo de la Comunidad de Madrid. Al contrario de lo que ocurre en el resto de Grandes Premios de España, donde las respectivas comunidades autónomas ayudan a la hora de traer la competición a sus ciudades. Sin este apoyo, para el circuito del Jarama es imposible afrontar todo lo que supone un Gran Premio de MotoGP y F1, ya que para el circuito serían mayores las pérdidas que las ganancias.
Además, el Jarama ha tenido muchos problemas legales por las quejas de los habitantes de las viviendas que rodean al circuito por el ruido que producen los coches. La justicia dictaminó que solo se puede competir 22 veces al año y que el resto de los días debe hacerse el menor ruido posible.
Sandra tiene sentimientos encontrados sobre la situación actual del Jarama. La joven desearía poder vivir las más altas competiciones de motociclismo y automovilismo en un circuito tan histórico, sin embargo, no ve viable que su trazado pueda adaptarse a lo que estas requieren en el presente: “Por una parte, pienso que es un error que no haya carreras en un circuito tan histórico y que la capital se quede sin disfrutar de ellas como antiguamente. Pero también pienso que el Jarama debería modernizarse y reconstruirse, aunque no sea entero, pero sí en buena medida, para así poder cumplir con los estándares mínimos necesarios para entrar en la competición. Aunque será que yo, como aficionada, sueño con que algún día podamos disfrutar de las motos y los coches en Madrid, si es en el Jarama mucho mejor. Pero, visto lo visto, no tiene mucha pinta de que esto pueda ser así”.
A pesar de que parece que no hay posibilidades de que el circuito vuelva a la F1 o la MotoGP, el Jarama sigue estando presente en la memoria de los aficionados y los pilotos que han crecido viendo las carreras que allí se disputaron. Los nostálgicos pueden seguir acudiendo al gran circuito y no olvidar así, toda la historia que lo envuelve. El Jarama es un templo del motor, que ha sabido reinventarse para seguir vivo y no quedarse solo en una anécdota.