Las redes sociales han cambiado la forma de relacionarse en la F1, tanto con la afición como entre los propios pilotos
Hay muchas diferencias entre la F1 de ahora y la de hace 10 años. Los coches, los trazados, los pilotos, la normativa… Sigue manteniendo la misma esencia, pero hemos vivido una evolución constante en las últimas temporadas. La tecnología ha sido el impulso que ha hecho que los nuevos aspectos de este deporte hayan avanzado casi tan rápido como los monoplazas los domingos. Pero la tecnología no solo ha traído una evolución en la pista, sino que también ha hecho que cambie el factor social de la F1. Concretamente, la forma de relacionarse entre los pilotos, equipos y su afición. Twitter, Instagram y la plataforma de vídeos en directo Twitch son las herramientas principales que esta nueva F1 ha usado para abrir sus puertas a los nuevos aficionados. Hemos pasado de un mundo cerrado, donde los equipos muchas veces no escuchaban a aquellos que les seguían cada domingo, a pilotos que nos abren las puertas de su casa a través de Twitch para verlos interactuar fuera de la pista.
Gracias, Lando
La fiebre de Twitch llegó a la mayoría de la parrilla de la F1 cuando el mundo se sumergió en una cuarentena. Pero hay un piloto que ya había comenzado a usar estos directos para interactuar con los aficionados: Lando Norris, el máximo representante de esta nueva F1. El piloto británico no se dedica solo a retransmitir iRacing, sino que también juega a juegos como Fall Guys o Call of Duty. También varía su compañía: en los streams de Lando han aparecido desde compañeros de parrilla como Max Verstappen o Charles Leclerc hasta otros streamers de Twitch.
Pero ya no solo se queda en directos jugando en casa, sino que incluso ha hecho retransmisiones durante los Grandes Premios. Normalmente suelen ser tras la carrera del domingo y es una forma de dar a los aficionados acceso directo al “detrás de las cámaras” de la F1, más aún este año cuando solo unos pocos afortunados han podido acudir a los circuitos. De hecho, cuando consiguió su primer podio este año, lo celebró a través de Twitch con sus fans. Lando Norris está tan implicado en su faceta de streamer que ha formado Quadrant, su propio equipo de Esports junto a Veloce.
Twitch Quartet
La cuarentena fue todo un quebradero de cabeza para estos pilotos. Podían mantenerse en forma en casa junto a sus entrenadores, pero no meter un monoplaza en sus patios y correr. Así que tuvieron que buscar una solución, tanto para hacer algo lo más parecido a su trabajo como para traer un poco de alegría a los fans que estaban encerrados en casa viéndose todas las temporadas de F1 habidas y por haber. Desde la plataforma de F1 organizaron un torneo virtual con el juego F1 2019 y reclutaron a varios de sus pilotos para que participaran. Los habituales fueron Charles Leclerc, Alex Albon y George Russell, que ganó el campeonato. Lando Norris intentó incontables veces unirse a sus compañeros sin éxito, pues su juego no paraba de dar problemas en su ordenador.
Pero lo que comenzó como una iniciativa de la F1 terminó convirtiéndose en una constante para estos pilotos. El propio Charles Leclerc confesó que no pensaba que hacer directo de esta forma fuera a gustarle. Pero le encantó, porque fue uno de los pilotos más fijos en los streams. Lando, Alex, George y Charles pasaron tardes jugando a cosas tan dispares como el Euro Truck Simulator o hasta un juego de carreras de cortacésped. Los fans los bautizaron como el “Twitch Quartet” y su popularidad en redes y entre los aficionados creció muy rápido. Sobre todo en el caso de Albon y Russell, menos conocidos a priori que Norris y Leclerc.
¿Competidores y amigos?
También ha cambiado la forma de ver las relaciones entre los pilotos. Los cuatro han confesado que este tiempo les ha unido mucho y que, ahora mismo, son un gran apoyo fuera de la pista. Esto trae a la palestra algo que, por mucho tiempo, se pensó imposible o inexistente: la amistad entre pilotos de la misma categoría. Siempre se ha hablado de que es imposible entablar una relación así con una persona con la que compites en el más alto nivel. Pero esta nueva generación de pilotos se ha encargado de traer al gran circo el ejemplo de relaciones de competitividad sanas.
Por supuesto, no conocemos cuáles son las dinámicas a la hora de relacionarse fuera de las cámaras (y si lo hiciéramos tampoco lo airearíamos en un articulo porque en Discordia valoramos la privacidad de las personas), pero sí nos dejan imágenes que están muy lejos de esa idea de “rivales hasta la muerte” que siempre ha reinado en la F1. Muchos argumentan que esta cordialidad se romperá cuando empiecen a competir directamente los unos contra los otros, aunque esta temporada ya se han tenido que enfrentar en la zona media. Pero en este bloque de pilotos actual tenemos ejemplos de competición directa que han terminado en todo menos en odio.
Dos pilotos que han sido ejemplo de competitividad sana durante toda su carrera han sido Lewis Hamilton y Sebastian Vettel. Ambos pilotos nunca han negado buenas palabras al otro. Incluso cuando estaban compitiendo, se han defendido mutuamente de acusaciones injustas de la prensa y han valorado públicamente los logros del otro. ¿Y qué hay de Daniel Ricciardo y Max Verstappen? Los dos fueron compañeros en Red Bull, donde se llevaron al límite. A veces demasiado, como en Baku en 2018. Lejos de dejar que todo esto afectara a su relación fuera de la pista, han sido el par de pilotos más carismático y con más química de los últimos años (con permiso de Lando Norris y Carlos Sainz) y, ahora que están en diferentes equipos, siguen manteniendo esta relación.
¿Dónde está la frontera?
Los aficionados pueden ver todo esto a través de sus redes sociales y, en consecuencia, se sienten más cercanos a los pilotos que animan cada domingo. Posiblemente, estemos ante la afición que más unida y representada se ha sentido nunca en la F1 por sus pilotos. Y esto es un arma de doble filo. Si es positivo para los pilotos poder mostrar su personalidad fuera de un ambiente tan competitivo, el problema llega cuando la afición emborrona estos límites. Muchos fans creen que conocen a estos chicos como si fueran sus amigos y no reparan que les enseñan de su vida y personalidad hasta donde ellos consideran conveniente. Por ejemplo, Lando Norris ha tenido a fans tocando en la puerta de su casa para “saludarle”.
Además, a pesar de lo que hemos comentado anteriormente, no dejan de ser rivales que se enfrentan cada domingo por ser los mejores. Lo más normal es que esto traiga hostilidades, aunque sean temporales, e intercambios de declaraciones algo tensas. Mientras que los pilotos suelen tener esto olvidado para el siguiente fin de semana, los aficionados, que quizás acaban de descubrir el deporte a partir de la faceta social de los pilotos, no entienden que el chico divertido vestido de plátano pueda convertirse en un arma competitiva perfecta. Los pilotos son otra persona cuando se ponen el casco y salen a la pista y eso es algo que el tiempo no ha cambiado.
3 comentarios en “F1 2.0: la generación Twitch y la competitividad sana”