Repaso de algunas películas y premios de la edición número 27 del LesGaiCineMad
Este mes de noviembre, el Festival Internacional de Cine LGBTIQ+ de Madrid —LesGaiCineMad— ha celebrado su vigesimoséptima edición con un programa de lo más interesante. En este artículo repasaremos brevemente el palmarés y premiaciones, y se expondrán ocho críticas de películas que se han proyectado.
Palmarés
El palmarés del 27LGCM se ha caracterizado por hacer coincidir bastante la opinión del jurado y la del público.
Sección Oficial
- Mejor película: Blue Jean de Georgia Oakley
- Mejor dirección: Cláudia Varejão por Lobo e Cão
- Mejor interpretación: Carmen Madonia por Something You Said last Night
- Mejor guion: Georgia Oakley por Blue Jean
Sección Cortometraje
- Mejor cortometraje internacional: Too Rough de Sean Lionadh
- Mejor cortometraje nacional: Perpetua felicidad de Sofia Esteve e Isa Luengo
Sección Documental
- Mejor documental: Casa Susanna de Sébastien Lifshitz
- Mejor dirección: Aseneth Suárez Ruiz por Clara
- Mejor cortometraje: @Bubinstaqueer: del sari a la túnica de Dani Sánchez-López
Sección Cine Disidente
- Mejor película disidente: para el cortometraje Plastic Touch de Aitana Ahrens
Premios del Público
- Mejor largometraje: Blue Jean de Georgia Oakley
- Mejor cortometraje: Too Rough de Sean Lionadh
- Mejor cortometraje documental: Dos corazones de Cristina Herrero Laborda
- Mejor documental: La memoria escondida de José Luis Pecharromán
- Mejor película documental: Plastic Touch de Aitana Ahrens
Premio de Honor para el actor Eusebio Poncela por su carrera llena de interpretaciones memorables y por ser un ejemplo de visibilidad para el colectivo LGBTIQ+ tanto en el cine como en la vida. El premio le fue entregado en el Cine Doré el 8 de noviembre. Se proyectó un vídeo homenaje a su carrera donde se vieron sus interpretaciones en películas como: Arrebato (Zulueta, 1979), Matador (Almodóvar, 1986), La ley del deseo (Almodóvar, 1987) y Martín Hache (Aristarain, 1997).
Luego se proyectó la película en la que debutó, además con un personaje homosexual: La semana del asesino, de Eloy de la Iglesia (1972). Y, finalmente, hubo coloquio sobre la cinta en cuestión y su carrera. Dicho coloquio lo comenzó diciendo: “Antes que Pedro y que Iván, estuvo Eloy. Eloy abrió la veda”. Para terminar, remarcó la importancia del premio recibido y de la existencia del festival, ya sea como lugar de encuentro para el colectivo o como motivo de molestia para la gente en contra.
Top 8 películas vistas en el 27LGCM
8. Unidentified Objects (Juan Felipe Zulueta; USA)
Una road movie que se destempla si la dejas caminar sola. A pesar de las buenas interpretaciones de Sarah Hays y Matthew Jeffers, esta ópera prima resulta del todo descompensada. Los momentos cómicos y los dramáticos por parte de Jeffers son casi lo que salva, a medias, la cinta. Por lo demás, es repetitiva, aburrida y un poco previsible. Lo que tiene de ciencia ficción quiere funcionar como MacGuffin, pero acaba siendo un peso que la propia película no se puede sacar de encima. Se abren melones que no se cierran, se tienen diálogos que no van a ningún lado… Al final, acaba y uno siente que le faltan muchas cosas.
7. Pornomelancolía (Manuel Abramovich; AR/MEX/BR)
Lo que apuntaba ser una gran película intimista y dramática, acaba siendo un artefacto contemplativo, tan interesante como insípido. El día a día de un modelo pornográfico de Twitter que aspira a ser actor de cine para adultos es un extraordinario punto de partida. Como espectadores nos inmiscuimos en su hogar, su trabajo, su intimidad y su objetivo. Con planos de larga duración y encuadres magníficos en los que vemos a nuestro protagonista masturbarse, rodar una escena, grabarse en casa o llorar. Y, si bien plasma estupendamente a una persona cayendo poco a poco en la depresión, termina sin resolver. Solo nos muestra su caída y cómo se da cuenta de que necesita ayuda. Cuando acaba parece no haber ocurrido nada. No obstante, hurga con certeza en el mundillo de la pornografía gay y creo que puede tener público al que le guste.
6. Proyecto Fantasma (Roberto Doveris; CL)
Una comedia particular con una pequeña dosis fantasmagórica. Una película muy tierna donde el peso recae en los diálogos y en la interpretación del protagonista —Juan Cano—. Sin importar en absoluto de dónde viene o quién es ese fantasma que lo persigue, este hace la función de detonante, contratiempo, premio y excusa para que los personajes consigan sus objetivos. Un halo de misterio la atraviesa de principio a fin sin descuidar la naturalidad de la vida cotidiana. Si bien no es perfecta, es un ejemplo de cómo hacer una comedia sencilla con poltergeist y pasiones de por medio. Amistad, arte, modernidad… Todo se junta creando una cómoda y disfrutable película.
5. Fierce: una revolución pornográfica (Patrick Muroni; CH)
Atrevido documental que, ante todo, generará debate. Una defensa de una pornografía nueva, ética, feminista y disidente, donde caben todos los tipos de cuerpo, la performance, el placer y la búsqueda de libertad. Una libertad a la que se llega a través de lo corpóreo y su exposición. Si bien es interesantísimo y técnicamente brillante, no termina por poner a dialogar los pros y contras del porno. Tampoco muestra mucha autocrítica o autoanálisis. Por lo tanto, es enteramente una argumentación positiva de por qué llevar la pornografía y lo que representa a otro nivel dentro del arte cinematográfico.
4. Lobo e cão (Cláudia Varejão; PT)
Costumbrismo y contemplación. Un filme que muestra la convivencia de la tradición católica con la libertad de género y orientación sexual de los jóvenes de una isla portuguesa. La delicadeza es su sello de calidad; con ella, muestra tanto los momentos más entrañables como los más duros de formar parte del colectivo LGBTIQ+ en una sociedad que a ratos parece haberse atascado. La protagonista —Ana Cabral— atrapa al espectador sin mucho esfuerzo. La fotografía de Rui Xavier y la puesta en escena de la directora son estéticamente hermosas, combinando a la perfección los colores más desgastados de “lo tradicional” con el variado abanico de colores del colectivo. Por ponerle una pega, diría que uno nunca acaba de situarse espacialmente en la cinta debido al abuso de planos muy cerrados. Además de echar en falta un poco más de viaje dramático para llegar al final. Por lo demás, una estupenda película.
3. Blue Jean (Georgia Oakley; GB)
La gran ganadora del festival tiene un guion estupendo y unas interpretaciones que vibran y hacen vibrar. Amor, pasión, ira, tristeza, miedo y confort son las sensaciones que se agolpan en el pecho del espectador al ver esta cinta. La buena mano de la directora en su debut hace que se espere mucho de ella de cara al futuro. Un filme protesta claramente contextualizado en los 80 pero con lectura actual. Un filme cuyo objetivo es alentar y reivindicar el lugar que, como colectivo, queremos tener en la sociedad. Una película que no teme mostrar los claroscuros de una persona que duda y que tiene miedo, pero que aun así sigue y seguirá dando la cara, a su manera, por las suyas. Una película de bandera y orgullosa de serlo.
2. Casa Susanna (Sebastien Lifshitz; FR/USA)
De una emotividad superlativa, este documental es un viaje al centro del corazón. Historias reales de personas reales. El director nos regala en un docu brillante —técnica y formalmente— las vidas de quienes se atrevieron primero, de quienes sufrieron allanando el camino, pero que tuvieron un lugar en un mundo que parecía no ser para ellas. Cuatro historias que coinciden en un punto y que vuelven a él para recordar. Todo aquel que lo vea quedará prendado de su sensibilidad y riqueza fílmica. Se encariñará con sus voces protagonistas y se conmoverán con sus testimonios. Es, pues, una obra que ojalá impacte porque es un fragmento importantísimo y bello de la historia trans.
1. You Can Live Forever (Sarah Watts y Mark Slutsky; CA)
Retrato de un amor imposible que nace de un cambio de aires. La cinta —con una puesta en escena sencilla pero bonita— junta dos vidas que parten de una tragedia y se reconocen en eso que se llama amor dentro de un ambiente del todo hostil. Una absoluta belleza. Las interpretaciones de Anwen O’Driscoll y Jennifer Laporte son excelentes, comiéndose la pantalla a la par que se comen entre ellas con la imaginación. ¿Es una película predecible? Sí, lo es. Sin embargo, eso no quita lo impecable que es en su narrativa cinematográfica. Una historia lésbica, joven, fresca y dolorosa. Que brilla por su manejo de la tensión y el deseo en un ambiente aséptico. Cuando no hay libertad para quererse, hasta una simple mirada es un peligroso acto de amor.
Cortometrajes de interés
- Señorita (Vitalia Saravia; PE)
- Tomate canario (Arima León; ESP)
- Uma paciência selvagem me trouxe até aqui (Érica Sarmet; BR)
- Lesv(i)sibles (Arene Gabiña y Juan Antonio Zubillaga; ESP)