“Seguimos luchando por nuestros antepasados, algo que nunca olvidarán y que nunca olvidaremos. Nos llaman terroristas, dicen que fuimos nosotros los que causamos esta ‘guerra’, que matamos a sus seres queridos, que violamos sus derechos humanos, pero no son conscientes que todo lo que están diciendo lo cometieron ellos mismos”. – Lusin Beredjiklian

Hoy, como todos los años el 24 de abril, se conmemora el genocidio armenio, por cuyo reconocimiento sigue luchando esta pequeña nación. Todo comenzó durante la madrugada del 24 de abril de 1915, cuando se cometió una de las mayores tragedias no reconocidas mundialmente por las diversas naciones: el holocausto armenio, realizado por el Imperio Otomano, cuyo objetivo principal era obligar a la población armenia a cambiar su ideología religiosa al islam. Cuando llegaron los turcos a Armenia, entraron a las viviendas y se apropiaron de todos los bienes, sin ningún tipo de justificación y sin dar la oportunidad de defenderse al pueblo armenio.

Al principio comenzaron a invadir siete pueblos localizados cerca de la frontera, entre ellos se encontraban Erzurum, Van, incluso el Monte Ararat, que hace referencia al relato bíblico El Arca de Noé. Todas ellas actualmente siguen manteniendo su nombre armenio. Entre 1915 y 1917 se produjeron matanzas y deportaciones de armenios en las que se obligó a caminar desde las distintas ciudades de Armenia, incluida Ereván, hasta Estambul, la actual capital de Turquía. Esto se convirtió en una verdadera marcha hacia la muerte. Sin apenas acceso a comida o agua, morían por enfermedades y por los caminos. Nunca llegaron al destino. Según los otomanos, murieron alrededor de 300.000 habitantes de esta nación y, además, niegan la calificación de genocidio.

Imagen que contiene exterior, paraguas, barco, foto

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Fotografía tomada en Ereván (1915) por Armin T. Wegner.

En esta masacre contra la nación armenia, conocida en armenio como Հայոց Ցեղասպանություն o también llamada el Gran Crimen, la población otomana asesinó y ahorcó a más de 1.500.000 personas y a una víctima, este último fue un periodista extranjero. Además, violaron a las mujeres y a las niñas, que después fueron asesinadas, abandonadas en la montaña y arrojadas al río Éufrates. Esto no terminó aquí, ya que los soldados del Ejército otomano crearon un juego conocido como: “¿Qué género tiene el feto?”, que consistía en abrirle el vientre a las mujeres embarazas para saber si el feto iba a ser niño o niña. Obviamente ambos fallecían. Todas aquellas mujeres que tuvieron la oportunidad de sobrevivir fueron obligadas a casarse con hombres turcos, de tal forma que hoy en día siguen manteniendo rasgos armenios. Algo bastante interesante es que una minoría de los turcos saben que tienen antepasados armenios, pero no pueden expresarse libremente por temor a que los asesinen, como es el caso de Mihran Pirgiç Gültekin.

Violaciones de derechos

La mayoría de los armenios murieron quemados vivos, ahogados y envenenados. Esta pobre nación no era consciente de lo que estaba sucediendo, como es el caso de Lusin Beredjiklian, sobreviviente del holocausto. Muchos de ellos se acostaron pensando que volverían a ver a sus familiares al día siguiente, pero no fue así, ya que no tuvieron la oportunidad ni de dormir.

Foto blanco y negro de un grupo de personas en medio de campo

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Fotografía tomada en Ereván (1915) por Armin T. Wegner.

Cabe destacar que los otomanos lo consideran hoy en día como un suceso que se dio en la Primera Guerra Mundial. Explican que fue una represión con una población culpable de colaboracionismo con el enemigo ruso y que decenas de miles de turcos murieron a manos de los armenios. 

Tras 105 años siguen sin reconocerlo, sin admitir que violaron los derechos humanos de esta nación y por ello, los tres países de oriente, Armenia, Azerbaiyán y Turquía se encuentran en guerra, debido a que los turcos siguen luchando por Nagorno Karabaj, ciudad que le pertenece a Armenia. En el año 2016 la historia se repitió cuando las tropas turcas y azerbaiyanas atravesaron la frontera y asesinaron a más de 100 soldados armenios. En este acto un grupo de militares entró a la vivienda de una pareja y les guillotinó la cabeza, lo grabaron y lo publicaron en las redes sociales.

Actualmente más de 22 países han reconocido oficialmente el Genocidio Armenio, entre los que figuran Argentina, Bélgica, Canadá, Francia, Italia, Rusia, Uruguay, Chipre, Polonia, Lituania, Eslovaquia, Grecia, Suecia, Siria y Estados Unidos. España ha negado el reconocimiento de este fenómeno tres veces, pero seguiremos luchando.

#MemoriayJusticia1915

Un pensamiento en “El genocidio olvidado

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