¿Quién lo dirá primero?, ¿cuánto tardará en decirlo?, ¿realmente lo siento? El primer “te quiero” es uno de los puntos más decisivos e importantes en una relación sentimental según todas las comedias románticas americanas.
Estas películas nos muestran siempre una versión muy concreta de qué es el amor, y de cómo y cuándo se debe decir la dichosa frase: “Dos palabras, ocho letras, dilo y me tendrás”. Pero creo que es importante recordar que no vivimos en una de estas tramas guionizadas y completamente canonizadas. Debemos crear nuestra propia versión de amor y no tratar de calcar la que vemos en la pantalla.
De hecho, no todas nuestras relaciones tienen que caber dentro del estándar del “amor romántico” que estamos acostumbrados a ver. Hace unos días en otro de los artículos de Discordia, Andrea nos explicaba otras muchas formas de amar que existen. Hay tantas formas de amar, como formas de expresarlo y no todas se resumen en decirlo explícitamente.
No tienes que decir “te quiero” para sentirlo y demostrarlo
You don’t have to say I love you to say I love you – Troye Sivan, ‘for him’.
Si lo piensas, siempre se ha dicho que una acción vale más que mil palabras, y “te quiero” son dos. Además, esta frase no solo sirve para demostrar un amor romántico, es más, se trata de una palabra ampliamente polisémica en el sentido de que abraza a muchos tipos de amor, como por ejemplo el amor no romántico que tienes hacia tus familiares, tus amigos, tus mascotas o incluso objetos.
El miedo al sufrimiento o al rechazo
Megara en Hércules nos lo explicaba perfectamente con su canción en colaboración con las musas: No diré que es amor (de la que la artista Ariana Grande ha hecho un tributo maravilloso). Muchas veces decir que estás enamorado es muy difícil, y no porque no lo sientas. Este miedo está debido a muchas razones: malas experiencias previas, miedo a que no lo digan de vuelta, miedo a espantar a la otra persona o el miedo de simplemente sentir lo que estás sintiendo. Pero no hay nada de malo en tener sentimientos, es lo que nos hace humanos. El consejo de muchos es no guardárselos porque la vida es muy corta y nunca sabes lo que puede pasar.
El “te quiero” como coletilla
Al igual que hay muchos que no se atreven a decirlo, hay otros que utilizan esta expresión a todas horas, como final de frase, tanto a sus parejas como al resto del mundo. En mi opinión este uso del “te quiero” hace que pierda significado para mucha gente. Pero es lo que tiene que en la mayoría de los idiomas solo se tenga una o dos palabras para expresar unos sentimientos de variación tan amplia. En el idioma sánscrito existen hasta 96 palabras para decir “te quiero”. Al igual que los esquimales tienen 30 palabras para decir “nieve” por su relación tan estrecha con ella en su día a día. ¿No sería mejor si tuviéramos más palabras para expresar diferentes grados de amor?
Lo malo (o bueno) de ser humano es tener estos sentimientos tan complejos y no saber qué hacer con ellos. Cada persona siente de una manera y lo puede expresar de muchas. Así que digas o no digas “te quiero”, lo demuestres de una manera u otra, lo importante es que hagas lo que sientas, porque no hay manera correcta de hacerlo, ni un canon que seguir, por mucho que nos intenten convencer desde Hollywood.