Está claro que por su nombre, el grupo madrileño Mamá Ladilla no parece estar compuesto por los herederos de Bob Dylan, precisamente. Sin embargo, las continuas referencias escatológicas con las que tanto parece disfrutar este grupo de “punk-rock progresivo y zafio” (tal y como se definen a si mismos) no deben echarte para atrás a la hora de sumergirte en la discografía de uno de las bandas más robustas técnica y musicalmente de nuestro país. Coge aire y aventúrate a descubrir uno de los grupos de culto más importantes del underground español.
Esta formación, liderada por el incansable Juan Abarca, lleva más de 25 años perpetrando una música cercana, más que al “realismo sucio” de Bukowski, a un “surrealismo sucio” donde caben letras sobre pasteles que tienen como ingrediente secreto la mierda, críticas a la soberbia humana y compendios de términos en latín. Sin embargo, la abundancia de la sátira y el humor en las canciones del grupo no quita que este tenga en su haber temas que abarcan temas existenciales y profundos. De hecho, la capacidad de Mamá Ladilla para escribir letras ingeniosas capaces de hacernos pensar y a la vez sacarnos una sonrisa es digna de elogio, y demuestran que el humor es un filtro válido (y necesario) a la hora de observar la música y la vida. Aquí os traemos 5 canciones que no solo disfrutaréis, sino que os harán pensar.
5. Naces, creces, te jodes y mueres (Directamente a la basura, 1994)
Uno de los himnos presentes en la primera maqueta publicada por el grupo, que más tarde se rescataría y regrabaría para el disco homónimo publicado en 1998. El tema es sencillo y directo, y mucho más sincero (y real) que la mayoría de las pretenciosas diatribas existencialistas que tantos artistas intentan colarnos a menudo. Quizá Thom Yorke, de Radiohead, debería desmelenarse más y entender que la vida es más sencilla de lo que parece: naces, creces, te jodes y te mueres. No hay que darle más vueltas. Por lo menos, hay que intentar divertirse por el camino.
4. Generación Espontánea – (Arzobispofobia, 1996)
Generación Espontánea posee el mismo espíritu desidealizador (que podríamos sintetizar con la máxima: “no me cuentes cuentos, anda”) de Naces, creces, te jodes y mueres, pero en lugar de reflexionar (o más bien, dejar de reflexionar) acerca del sentido de la vida, nos habla sobre lo ridículamente compleja que queremos creer que es la sociedad contemporánea y sobre lo absurdo de las batallas generacionales entre jóvenes y adultos. Yo no formo parte de los millenials, ni soy zoomer ni he nacido en la generación Z: gracias a esta canción, yo me siento parte de la basquita que en invierno con el frío tirita, y que en verano del calor se asa y sale por la noche porque hace rasquita.
3. Me avergüenzo (Autorretrete, 2005)
El grupo madrileño hace gala de su espíritu más punki en está canción pesimista y ácida que en un primer momento se puede leer como un simple ejercicio de ironía y mala leche. Sin embargo, resulta imposible no sentirse identificado con este Abarca iconoclasta cuando enumera la gran cantidad de cosas que le avergüenzan, muchas de ellas de manera contradictoria.
A estas alturas del cuento, estamos todos demasiado pasados de vueltas para tener fe en algún ideal: ni el capitalismo, ni la religión, ni el pacifismo, ni el comunismo y ni siquiera el alcoholismo (que, como dice Homer Simpson, es el origen y la solución de todos nuestros problemas) nos han salvado de esta decepción e incertidumbre perpetuas en la que vivimos. En un mundo donde todos los ideales tienen un lado oscuro, quizá lo único honesto que podemos hacer es avergonzarnos.
2. Persiguiendo al futuro (Analfabada, 2002)
Mamá Ladilla vuelve a reflexionar sobre la vida en los versos alegóricos de esta canción de su sexto disco, que representa a la perfección las ansías que tenemos por desarrollar nuestros proyectos de vida y alcanzar nuestras metas: ¿Merece la pena perseguir un ideal de vida que no sabemos si se va a cumplir? ¿Cuántas cosas nos perdemos en esta continua huida hacia delante? Resulta curioso (y me parece maravilloso) que una de las canciones que mejor plantea los recursos del collige, virgo, rosas y del carpe diem se encuentre en un álbum que tiene como título un juego de palabras en el que se ve envuelto un famoso exponente de la gastronomía asturiana.
1. Bici sin sillín – Mix (Coprofonía, 2015)
Este tema es un medley al estilo de su también mítico Mi nave mix que el grupo aprovecha para introducir varios temas cortos con los que cerrar su décimo disco, utilizando como hilo conductor una metáfora simple pero sugerente, muy al estilo de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, que plantea una de esas preguntas existenciales a las que nunca encontraremos respuesta: ¿Qué es lo que nos falta a los seres humanos para estar completos? ¿Por qué nuestras vidas nunca terminan de encajar? ¿Qué es lo que nos falta? ¿Algún atributo especial que los dioses nos arrebataron para poder someternos a sus leyes? ¿Es el amor lo que tiene que llenar este hueco? Mamá Ladilla lo tiene muy claro: a nuestras vidas les falta un sillín.
Cuando nos asaltan la sospecha y la desesperación, y nos damos cuenta de que nada a nuestro alrededor se asemeja a las ideas románticas que habitan en nuestra mente, reparamos en que no estamos rotos: solo nos falta un sillín: un maldito sillín que convierte nuestros polvos en ejercicios físicos de apenas 5 minutos, nuestras amistades en encuentros casuales, cotidianos y monótonos marcados por bromas que dan vergüenza ajena y nuestros romances en cúmulos de sentimientos raros. Lo más seguro es que no encontremos nunca nuestro sillín, y que tengamos que vivir el resto de nuestras vidas como bicicletas incompletas. ¿Y qué problema hay?
Ahora que has conocido un poco a Mamá Ladilla, te animo a descubrir el resto de temas de este grupo que, aunque no siempre se encomiende a asuntos existenciales, es profundamente rico con sus bromas escatológicas, sus juegos de palabras y chorradas. Si algo he aprendido de ellos es que, la mayoría de veces, un chiste presenta más dosis de verdad, honestidad y vida que el más reflexivo de los ensayos.
No podía haberlo explicado mejor, años y años intentando convencer a la gente de mi alrededor de que Mamá Ladilla es más q un grupo de música.