Lo primero y último que haces cada día es mirar una pantalla
Te despiertas y al instante miras tus redes sociales. De repente ha pasado media hora. Desayunas mientras ves vídeos de YouTube o contestas emails. Da para rato el bol de cereales. Vas al baño mientras ves un capítulo de tu serie, no vaya a ser que te aburras. Te pones una película en tu ordenador o en la tele y no puedes evitar chequear el móvil de vez en cuando, a ver qué te estás perdiendo. ¿Lo último que haces antes de dormirte? Mirar tu móvil durante una o dos horas.
Los teléfonos móviles se han convertido en una prolongación de nuestro cuerpo. Todos los huecos que antes no necesitaban llenarse, como las pausas entre conversaciones, los viajes en transporte público y hasta el uso del lavabo, están ahora acompañados siempre de una pantalla que nosotros permitimos que nos siga y nos escuche.
Multitarea y productividad
No hablamos solo de adolescentes. Los adultos también tienen cada vez más problemas a la hora de centrarse en una sola tarea, especialmente si tiene que ver con el entretenimiento. ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de una película o serie en casa sin estar pendiente del móvil? Si la película tarda en cargar, miras el móvil. Puede que hasta mires el móvil en los 15 segundos que tarda en reproducirse el próximo episodio de la serie que estás viendo en Netflix. La serie es entretenida, pero cada vez permites que te enganche por un tiempo menor.
Esto está relacionado con un profundo miedo al aburrimiento en la era de los estímulos y a no tener algo que hacer, lo que en muchas ocasiones concluye en un obsesión por entrar en WhatsApp buscando nuevos mensajes que recibir, conocida también como la Apnea de WhatsApp. También hay personas que han experimentado la Vibración Fantasma, que consiste en imaginar que has oído o sentido que tu móvil vibraba con la recepción de un nuevo mensaje que nunca se envió.
Nomofobia y otras tecnopatías del móvil
¿Cuándo fue la última vez que saliste de casa sin llevar el móvil? Los teléfonos móviles son una excusa y una obligación para estar permanentemente conectados. ¿Qué ocurre si justo apagas el móvil y recibes un mensaje importante? Y si no coges una llamada, ¿qué pasaría?
Para muchos, lo peor que les puede pasar en la vida es perder el móvil o quedarse sin batería cuando menos se lo esperan, sintiéndose desamparados e impotentes cuando sucede. La Nomofobia (No Mobile Phone Phobia) es el miedo a no estar conectado y disponible.
¿Qué te estás perdiendo si pasas una semana sin conectarte a Instagram, Twitter o Facebook? ¿Y si no contestas tus mensajes? La tecnopatía FOMO (Fear Of Missing Out), el miedo a no estar conectado y al tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor, está presente en la mayoría de jóvenes en su relación con las redes sociales, pero cada vez se extiende más entre adultos y mayores. Para contrarrestarla, se ha originado el JOMO (Joy Of Missing Out), la alegría de disfrutar del momento y no pendiente de otras cosas.
Reto 30 días anti-pantallas con el móvil
A lo largo de la siguiente semana, trata de reducir tu consumo de pantallas. Durante el confinamiento, la dependencia a las pantallas se ha visto incrementado al no poder disponer de otros estímulos externos. Intenta contrarrestarlo ahora. La adicción a las pantallas es un problema actual y tiene cada vez más impacto en la sociedad. No seas esclavo de ellas. Sigue el siguiente plan para cada día y demuestra que no estás subordinado a una pantalla. Es probable que al final del reto, si lo has cumplido, te des cuenta de que tu atención y tu memoria han mejorado, y de que descansas y te sientes mejor. ¿Te unes?
Qué verdad en este artículo! Estamos todos enganchadísimos. Salir sin móvil es cómo salir sin algo vital, como si nos fuera a pasar algo malo. Voy a intentar tu reto! 👋🏻👋🏻👋🏻🙈