Muchas veces no se conocen las diferencias entre lo que suponen estas tres palabras, especialmente en el ámbito educativo. A su vez, se piensa que un centro privado o concertado tiene una mayor calidad que un centro público, y no necesariamente tiene que ser así.
En este caso, la explicación se centra en las diferencias entre centros educativos, ya que he tenido la oportunidad de observar en primera persona el conflicto de interpretación de lo que supone cada uno de los modelos.
Público
Cuando se habla de centros educativos públicos se identifica a todos aquellos cuya financiación y gestión corre a cuenta del Estado. Además, en su labor, suelen recurrir a las ayudas de las comunidades autónomas. Dependiendo de la etapa escolar a la que se haga referencia serán colegios (de Educación Infantil hasta 6º de Primaria) IESO (Instituto de Educación Secundaria Obligatoria, es decir, de 1º a 4º de ESO) o IES (Instituto de Educación Secundaria que, a diferencia de los IESO, comprenden desde 1º de ESO hasta 2º de Bachillerato). Sus plazas son limitadas y dependen de unos criterios de admisión que fija la Administración.
Concertado
Los centros concertados son aquellos que no han sido creados por la Administración y que, por lo tanto, tienen una base es privada. Sin embargo, parte de su financiación también pertenece al Estado, que de nuevo cuenta con ayuda de las autonomías, y con ella se pagan los sueldos de los profesores, administrativos y del resto del personal: es lo conocido como concierto educativo. Para que este se dé, los centros están obligados a seguir las mismas líneas de admisión que un centro público y su profesorado será controlado al igual que el de los públicos, solo que, en este caso, estos profesionales no necesitan haber superado una oposición para obtener un puesto de trabajo en el cuerpo docente.
Pese a que poseen una parte de subvención pública, hay otra parte que corre a cuenta de los padres o tutores del alumnado del mismo. Es lo que se conocen como cuotas. Legalmente son voluntarias y se invierten en servicios como son el comedor, el transporte escolar, actividades extraescolares, material fotocopiable… Sin embargo, es cierto que muchos colegios no comunican la voluntariedad de estas y, finalmente, los responsables de los estudiantes las pagan por pensar que deben hacerlo. Asimismo, hay colegios en los que los niños se sienten infravalorados por sus compañeros si no se paga esta cuota en su nombre: se trata de un acto clasista y humillante, pero existente. El modelo más común de centro de estudios concertado es aquel que abarca desde la Educación Infantil hasta la finalización de 4º de ESO.
Privado
Como tal un centro de estudios privado es una empresa que desarrolla su actividad en el sector educacional. Para ello, previamente, debe recibir una autorización de la administración educativa para su funcionamiento. En este caso no reciben ningún tipo de ayuda proveniente de la Administración, y su financiación se produce exclusivamente a través de las cuotas aportadas por los responsables de cada alumno. Sí es cierto que pueden recibir ayudas de instituciones que también sean privadas como fundaciones, cooperativas y órdenes religiosas (de ahí que muchos colegios privados sean religiosos). Además, son totalmente libres en la configuración del cuerpo docente, siempre y cuando todos sean profesionales en la materia. Además, el centro es responsable de la creación del reglamento de régimen interno, así como de establecer el procedimiento de admisión de alumnos y de definir las normas de convivencia y las cuotas que cada familia deberá abonar. Los centros educativos privados suelen comprender desde la Educación Infantil hasta el Bachillerato, inclusive.
A todo esto, se debe añadir que muchos centros educativos privados suelen ser concertados hasta el primer curso de Bachillerato, cuando, realmente, comienzan a ser centros plenamente privados al financiarse exclusivamente de las cuotas de los alumnos.
El clasismo: “Cayetano si vas a un colegio concertado o privado”
Esta diferencia entre centro públicos, concertados y privados ha propiciado que, en los últimos tiempos, se haya promovido un aspecto clasista alimentando la idea de que se es de una clase más pudiente si tu centro educativo es concertado o privado. Como se ha visto, la diferencia en el proceso de selección y en el ámbito económico entre colegios públicos y concertados se limita esencialmente a su estructura, estando los segundos fundamentados en una base privada y en un formato de financiación mixto.
Sí es cierto que no todo el mundo tiene la capacidad económica para permitirse que sus hijos se eduquen en un centro privado. Sin embargo, no existe diferencia educativa entre ninguno de los tres modelos de enseñanza, siempre y cuando esta se ejecute de forma adecuada. Es el momento de dejar de creerse con cierta superioridad por el dinero que se tiene porque este no da la inteligencia ni el buen hacer.