Aunque cada vez podemos encontrar más información relacionada con llevar un estilo de vida ecológico, lo cierto es que es difícil lograr que nuestro día a día sea lo más sostenible posible y no frustrarnos en el intento.
Nuestro entorno tampoco nos lo pone fácil: supermercados repletos de envases, una rutina demasiado ajetreada y trayectos largos hacen que optemos por el camino fácil, pero también el más perjudicial para nuestro medio ambiente. A pesar de todos estos obstáculos que podemos encontrarnos, lo cierto es que si optamos por incluir pequeños cambios en nuestra rutina puede suponer un gran avance en el cuidado del ecosistema y ayudar a promover un consumo más responsable.
Di no al plástico
Aunque el plástico en la forma que a día de hoy conocemos es relativamente reciente, su uso se extendió rápidamente y actualmente las toneladas de residuos producidos por este material son preocupantes, especialmente la cantidad de plásticos que acaban en los océanos perjudicando a su fauna. El motivo de su uso reiterado es la fabricación barata, duradera y resistente. Es prácticamente imposible eliminar completamente este material de nuestra vida, pero podemos tratar de reducirlo, especialmente en esas ocasiones en las que su uso va a tener un trayecto muy corto.
Es el caso de las bolsas de plástico: una opción para evitarlas es optar por llevar nuestras propias bolsas de tela a la compra. Hay muchas donde elegir, de diferentes estampados y con precios asequibles que podremos utilizar durante un tiempo prolongado. Entre otras alternativas se encuentra adquirir productos a granel para evitar los envases, llevar botellas de agua reutilizables, bolsas de silicona para congelar alimentos o escoger objetos elaborados con bambú, como cepillos de dientes, peines o discos desmaquillantes.
Reciclar
Aunque parezca algo obvio, es muy importante tener como hábito reciclar en nuestro hogar y, sobre todo, hacerlo en los contenedores que corresponden. De esta manera, estaremos contribuyendo a darle un segundo uso a aquello que ya no necesitamos, evitar la acumulación de residuos y preservar una cantidad elevada de fuentes no renovables que se emplean en la elaboración de los productos.
Otra buena opción para reutilizar es guardar los envases de vidrio o cristal vacíos para conservar posteriormente alimentos caseros. También podemos reciclar nuestra ropa donándola, regalándola o incluso vendiéndola a través de aplicaciones como Vinted, dándoles de nuevo una utilidad a esas prendas que tanto nos gustaban.
Cosmética
Sí, también existe la opción de comprar cosmética sostenible. Champús, jabón, acondicionador, desodorante e incluso maquillaje son algunos de los productos que puedes adquirir en formato sólido. Aunque es más laborioso, si te gusta el mundo de la cosmética natural puedes encontrar muchas opciones para elaborarla tú mismo. No solo podrás guardarlo en envases reciclables, sino que también evitarás los miles de químicos que contienen habitualmente.
La copa menstrual
Como ya nos contó anteriormente Sofía Kofoed en Discordia, la copa menstrual tiene muchos beneficios, como su comodidad o la de reducir al máximo el uso de tampones elaborados a base de químicos y plásticos. Las compresas de tela o de algodón reutilizables también se incluyen dentro de las opciones eco-friendly para la menstruación. Puede parecer una inversión económica mayor, pero a largo plazo tu bolsillo, tu cuerpo y el medio ambiente te lo agradecerán.
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