Este viernes Prime Video estrena su críptica nueva serie que captará a todos los públicos y que agradará y repelerá a partes iguales
Bajo la falsa apariencia de wéstern clásico, llega la nueva serie de Prime Video que promete poner en el mapa a su desconocido (y debutante) creador Brian Watkins y que está producida por la reputada productora Plan B (sí, la de Brad Pitt) que ya produjo para Amazon la extraordinaria El ferrocarril subterráneo.
La serie sigue la historia de Royal Abbot, encarnado magistralmente por Josh Brolin (No es país para viejos), un cowboy típico de pocas palabras cuya vida gira en torno a su familia y su rancho y que pronto se verá superado por los acontecimientos que plantea la serie, como la lucha con una familia rival por la propiedad de su propio rancho. Pero lo que en apariencia parece un wéstern de la vieja escuela, en realidad no lo es. Sacudirá al espectador cuando introduzca su misterio principal: en este lugar aparece (y desaparece) un enorme agujero en la tierra que transporta en el tiempo a todo aquel que ose caer en él. Sin embargo, una simple sinopsis no le hace justicia a una serie que presenta un enorme conglomerado de temas y géneros que pasaremos a analizar en esta reseña llena de referencias.
La referencia a Lynch en el título, querido lector, ya es suficiente para que, como público, decida si esta serie es o no para usted. Aunque todo es relativo y sentenciar una serie con solo una frase sería demasiado reduccionista, sobre todo teniendo en cuenta el amplio abanico temático que nos ofrece la misma. Si voy a usar a Lynch como principal alusión hacia la serie quiero pararme en un momento concreto de su filmografía: Una historia verdadera, con la que la serie comparte ciertas similitudes geográficas. Quien la recuerde sabrá que es una película casi completamente alejada del cine que siempre ha propuesto el director. Y muchos se preguntarán entonces cuál considero que es la similitud de esta serie con el grueso de la obra de Lynch, y la respuesta es fácil: hay una pequeña escena en el filme que se sale completamente de su ruta de road movie típica. Hablo de la escena donde la chica atropella a un ciervo y se vuelve neurótica, algo que parece directamente sacado de un episodio de Twin Peaks (1990-2017). Pues bien, la serie parece tener este chocante comportamiento durante toda la temporada y, a continuación, explicaré el porqué.
Durante ocho capítulos asistimos al rancho de los Abbott en una historia sobre poder, sobre la importancia de la familia y sobre cómo los secretos corroen a la misma. Todo en ella parecen ser lugares comunes y sigue siendo una historia interesante, a pesar de haberla visto en innumerables obras. Sin embargo, como pasaba en la película de Lynch, de vez en cuando la serie se ve sacudida por un torbellino de misterio, a veces farragoso y otras veces fluido, que remueve toda la serie. La parte del drama y los problemas familiares es un ejercicio de thriller bastante interesante con asesinato de por medio, pero es cuando aparece el misterio lo que acabará enganchando a un público que estará ansioso de respuestas ante interrogantes cada vez más locos.
Sería imposible pasar por la serie sin referenciar a Perdidos, en el sentido de que unos personajes totalmente mundanos con una vida ordinaria se ven atrapados en un enigma que sacude sus vidas y ven cómo su relación con su familia, su espacio y con Dios cambia por completo de la noche a la mañana. El problema es que el título de la “nueva Perdidos” es algo que históricamente ha pesado demasiado en las series, salvo que la serie sea Severance (2022). Y en esta no será menos, pues no será capaz de manejar los tiempos del misterio como ya lo hacía aquella.
En un esfuerzo de actuación complejísimo, moviéndose entre dos posturas antagónicas como son el estoicismo y la desesperación, Brolin, encarnando al protagonista, nos llevará de la mano ante estos vaivenes temáticos y nos mostrará, a través de su figura, cómo es la vida de una persona sureña típica que se ve afectada por un acontecimiento no tan típico y que querrá solucionar sus problemas, pero que no encontrará más que piedras en el camino.
El mundo sureño que retrata la serie se muestra inflexible al paso del tiempo, pues esta temática, salvo contadas excepciones, no ha evolucionado demasiado dentro del audiovisual. Presenta unas ideas estáticas en el tiempo que ya hemos visto en películas y series anteriores. Pero, como ya hemos dicho, introduce un elemento novedoso con ese misterio que va apareciendo a cuentagotas. Por tanto, tenemos dos ideas aparentemente incompatibles pero que, extrañamente, casan bastante bien.
Estamos pues ante una serie principalmente masculina, llena de una testosterona que rebasa la pantalla. Y, aunque cuente con algún personaje femenino interesante como el encarnado por Imogen Poots (El padre), una suerte de vagabunda que quiere asentarse en el racho que será el detonante de casi todos los problemas de la familia, en realidad la mayoría de personajes femeninos no cuentan ni con la mitad de desarrollo con el que sí cuentan los masculinos. Por desgracia, esta injusta balanza no es particularmente culpa de la serie, sino del género que esta trata; un género cuya situación geográfica y social ha sido siempre territorio de la figura representativa del machote.
Dentro de esta imagen de masculinidad exacerbada, hay que destacar la actuación de Will Patton (Armageddon) como el antagonista que quiere adueñarse del rancho y cuya actuación es tan excéntrica y sus escenas tan estrambóticas que es imposible no referenciar aquí las secuencias de William Baldwin en la estrafalaria Demasiado viejo para morir joven. Una serie que se hundió en el catálogo de Prime Video debido a su rareza, algo que está por ver si le pasa a Outer Range.
Las alusiones y parecidos que se le pueden sacar a la serie son muy variados y vienen desde lugares muy diferentes, por lo que al entrar en la plataforma y ver la serie anunciada en primera plana llamará la atención del grueso del público, y, sin embargo, es obvio que no agradará a todos.
En cuanto a la parte del misterio, en ocasiones parece que la serie se olvida de que este existe y durante algunos capítulos lo relega a aparecer solamente en los minutos finales. Esto hace que produzca una sensación extraña porque provoca que no sea una serie sobre misterio y, debido a la relevancia de este en la trama, tampoco hace que sea un simple mcguffin, haciendo así que se quede en tierra de nadie.
Es complicado entrar a analizar la serie más allá de la dualidad entre el wéstern y el misterio sin caer en el terreno de los spoilers, por lo que es mejor verla con vuestros propios ojos. Hay que tener en cuenta que el capítulo inicial es un primer episodio riguroso, que marca toda la línea de la serie y que, como espectador, sabrá tras verlo si interesa ver los siete siguientes o no. Teniendo en cuenta, eso sí, que este episodio acaba con un giro de guion. Y spoiler; por supuesto que le darás al play al siguiente.