Entrevista con Carla Quílez y Ángela Cervantes, las actrices del segundo largometraje de Pilar Palomero: La maternal
La maternal cuenta la historia de Carla, una niña de 14 años que vive con su madre soltera y que interna en un centro de los servicios sociales cuando descubren que está embarazada de cinco meses. La película, estrenada en noviembre del año pasado, ha recibido numerosos premios y está nominada en los Goya 2023 a mejor película, mejor dirección y mejor actriz de reparto.
Para ampliar, lee nuestra crítica: ‘La maternal’: de niñas y madres
Ángela Cervantes, nominada al Goya a mejor actriz revelación por Chavalas, interpreta a Penélope, la madre de la protagonista, donde debuta la joven Carla Quílez en un papel que le ha valido la Concha de Plata a mejor interpretación protagonista, convirtiéndola en la actriz más joven en hacerse con el premio en la historia del Festival de San Sebastián.
Desde Discordia hemos tenido el honor de hablar con las actrices para saber más sobre cómo se prepararon para ser madre e hija, qué hay detrás de nuestra escena favorita y cómo es actuar bajo la dirección de Pilar Palomero, por la que todo el mundo se deshace en halagos. Alternamos las preguntas con Alejandro Green, compañero de 35 Milímetros, con quien compartimos el encuentro.
Durante la entrevista, las actrices se observan con el cariño que solo un proyecto tan íntimo y bonito puede crear. Se miran para ver quién prefiere empezar a responder cada pregunta y se escuchan con máxima atención y sin deshacer la sonrisa. Ambas visten de verde oliva, aunque no se sabe si a propósito. Carla Quílez, cuyos braquets no son ningún impedimento para regalar deslumbrantes sonrisas, sorprende por su innata desenvoltura, que si bien es uno de los factores que indudablemente le consiguieron el papel, también demuestra la madurez que otorga promocionar una película. Por su nerviosismo e ilusión, parece su primera entrevista, del mismo modo que La maternal es su primera película, pero sus elaboradas y reflexivas respuestas denotan que no es la primera ni será la última. Su madre, que la acompaña en la gira de la promoción, está a unos pocos metros. Por su parte, Ángela Cervantes desprende la misma ilusión, cercanía y nerviosismo que la joven debutante.
Pregunta: ¿Qué fue lo primero que pensásteis cuando leísteis el guion?
Carla Quílez: Lo mío es breve. Yo no he visto el guion, no vi el primer guion ni lo quise ver, porque creo que Pilar [Palomero] intentaba que yo no representara a la Carla de la película, sino que la Carla de la película me representara a mí y fuera yo al natural. Así que no me lo leí ni me lo quiero leer, porque creo que la película ha salido tan bonita… No quiero ni leer cómo se hizo.
Ángela Cervantes: Yo ya con la separata que me llegó del casting ya me emocioné mucho. Me daba también un poco de respeto y veía el reto de lo que venía. Pero veía que estaba muy bien escrito y que el viaje era muy bonito. Ya solo de la separata, ¿eh? Y después cuando me dijeron que estaba en el proyecto y me leí todo el guion pues me emocioné mucho, vi que podíamos hacer algo muy bonito y además liderados por Pilar; era como una seguridad y daba una confianza… Era de estas historias que cuando te llegan te sientes super afortunada, desde el primero momento.
P: ¿Conocíais centros como el de La maternal antes de que os metierais en la película o fue algo totalmente novedoso para vosotras?
C. Q.: Yo no conocía el tema. A mí me cogieron para hacer la película con 13 años y en mi entorno no tenía ningún caso, entonces no sabía ni lo que era ni tampoco sabía de la existencia de estos centros. Yo no sabía nada, así que fue todo un tema nuevo para mí, pero con todo el equipo por detrás fue rodando todo.
Á. C.: Yo tengo amigas y amigos que son educadores sociales y que trabajan en centros, pero en centros de menores, en CRAEs, y sabía que existían porque sí que alguna amiga había trabajado ahí. De hecho, después, cuando se enteró que estaba haciendo la película, ella había estado en el mismo centro donde habían estado esas chicas. Sabía que estaban, pero no tenía mucha información, apenas nada. También son estos temas que… Me iba a salir en catalán, malauradament, desafortunadamente, no miras, intentas evitar ver, porque te hace darte cuenta de una realidad que igual te duele. Y también me he dado cuenta con la película de que es mejor mirarlo y afrontarlo.
P: ¿Cómo es un día normal de rodaje con Pilar Palomero?
Se ríen.
Á. C.: Pues… Diversión, en realidad. Aunque tratábamos temas muy complicados y era muy duro, Pilar tiene sentido del humor, le gusta pasárselo bien, es muy cariñosa, es supercercana… Siempre priorizaba que nosotras estuviéramos bien. La peli siempre estaba y ha estado ahí, pero era que nosotras estuviéramos a gusto. Es una genia, en todos los sentidos. De persona y de… O sea, tiene una sensibilidad… Y como artista ha hecho una genialidad y creo que todo lo que toca con la mirada es… Bueno, creo que somos muy afortunados como industria por tener a Pilar de cineasta.
C. Q. asiente a todo lo que dice Ángela, apoyando sus palabras.
P: Habladme de la escena del teléfono, esa última conversación que tenéis.
C. Q.: A ver, es una escena que a mucha gente le suele gustar. Para mí, en ese momento, interpretar esa escena, fue muy bonito. Porque aparte de tener consciencia de lo que estaba haciendo en ese momento, tenía que tener presente todo lo que había pasado antes para llegar hasta esa escena y llegar a necesitar a mi madre sin poder tenerla. Entonces también me ayudó muchísimo que Ángela se puso al teléfono conmigo y por mucho que no estuviera a mi lado, estaba en el teléfono y me estaba hablando ella, entonces eso me ayudaba más a meterme en esa escena. Yo creo que fue muy bonita.
Á. C.: Sí, fue muy bonita. Sí, sí. Yo con el tema de la canción, de Tu calorro, al final es como un enlace entre ellas dos, es la canción que ella le cantaba. Pilar siempre la había visto como una nana. Yo fui a clases de canto, ¿vale? [Se ríe] Porque el tema del canto es un tema que me cuesta. Recuerdo que además estaba al teléfono, pero delante de todo el equipo. Y todo el mundo estaba súper en silencio y yo ahí cantando, que me daba un poco de apuro, pero se creó un momento superbonito, sí.
P: ¿Cómo fue el inicio de la construcción madre e hija? En una película donde tenéis una relación tan íntima y después confrontáis tanto…
C. Q.: Después de ya estar seleccionadas las dos para este proyecto, para la película, nos fuimos una semana a Cardedeu (Barcelona). Nos fuimos yo, Ángela, Pilar, Jordan, que es mi amigo en la película, y Rubén Martínez, que fue el coach y también tutor en la película. Entonces nos fuimos todos a una casa en Cardedeu, estuvimos una semana entera conviviendo juntos.
Hacíamos algún concurso de estos de cocina para estar más complementadas. Hacíamos actividades también, pero también trabajamos mucho en la interpretación a base de improvisaciones. Era como que nos basábamos más en todo lo que había pasado antes de la historia para volver a lo que era el pueblo y llegar hasta el centro. O sea, que eran escenas totalmente cotidianas, pero que relacionábamos mucho con lo que había pasado antes de la película para llegar a lo que se explicaba, a raíz de lo que empezó. Fue muy bonita esa semana.
Á. C.: Sí, esa semana el objetivo era crear la relación y que nosotras, que éramos de repente dos desconocidas entre nosotras, nos conociéramos, que nos hiciéramos amigas. Al final, en la película pueden ser amigas, hermanas, madre e hija… La base de todo es el amor. Después tienen las herramientas que tienen y hacen lo que pueden con lo que tienen, pero hay mucho amor en esta relación y creo que es lo que conseguimos esa semana. Nos queremos mucho. [Se abrazan, sonriendo]
C. Q.: Síííí.
P: Carla, enhorabuena obviamente por la Concha de Plata, ¿cómo te sentiste? Tengo entendido que no sabías mucho qué era este premio hasta que de repente te cayó. ¿Cómo es darte cuenta de esto y este viaje tan intenso a tu edad?
C. Q.: Sí, en verdad yo no sabía ni lo que era recibir una Concha. Era mi primer festival, era San Sebastián. Entonces yo iba ahí como: “Pues vale, voy en representación de la película”. Y yo pensaba que optábamos a mejor película, pero que yo no podía optar a premio para Concha de Plata por tema de edades, si estaba hasta los 16, como en los Goya y demás. Entonces yo pensaba que no podía optar a premio. Sí que había escuchado críticas que decían que optábamos yo y Ángela para Concha ex-aequo y claro, yo decía: “¿Y si pasa?”. Pero es que tampoco lo tenía muy en cuenta.
Entonces yo me fui a San Sebastián y dije: “Buah, qué guay, me lo he pasado superbién”. A los dos días, me llama Pilar Palomero y digo: “¡Toma, la Concha a mejor película!”. Y me dice: “No, Concha a mejor protagonista”. Y digo: “¿¿¿Qué???”. Me puse a llorar muchísimo con mi madre; yo flipando, diciendo: “No sé si lloro de felicidad o de tristeza”. Es que no sabía ni lo que sentía. Y hasta que llegué allí, vi a toda la gente y dije: “Ma-ma…”. Después empecé a ver a toda la gente que había ganado antes la Concha y yo flipando. Yo diciendo: “¿Y yo qué hago aquí?”. Porque también es un peso encima: soy la niña, la actriz más joven en ganar la Concha de Plata, entonces era como: “Ostras, es que aparte de ganarla, soy la más joven”… Eran muchas cosas, pero yo creo que ahora ya lo he interiorizado mucho y lo llevo con bastante normalidad.
P: ¡Tú eras bailarina! Tu pasión era bailar. Y ahora has demostrado que también eres una actriz, con todo. ¿Qué te espera ahora? ¿Por dónde vas a tirar?
C. Q.: Yo quiero seguir por el camino de la interpretación porque después de recibir una Concha de Plata… Yo creo que no lo quiero dejar aquí [Ríe]. Quiero seguir adelante. Ahora que me han abierto las puertas, yo quiero seguir metiéndome en este mundillo, que antes pasaba totalmente desapercibido para mí. Ahora que Pilar me ha abierto las puertas, quiero seguir por el camino de la interpretación sin dejar el baile, porque sin el baile yo no hubiera estado aquí. Entonces quiero llevar las dos cosas paralelamente, pero seguir adelante con las dos.
P: ¿Por qué que es tan importante que la gente vaya a ver La maternal?
Á. C.: Pues porque, al final, es una historia de amor y de superación. Porque estas historias pasan, y mucho; más de lo que queremos ver. ¡Y porque está muy bien! Pero creo que abre muchos debates que hoy en día son importantes de hablar. Al final, la educación sexual es responsabilidad de todos y hay cosas a las que nosotros no podemos llegar, como el dinero que se destine desde las instituciones a la educación sexual en las escuelas. Pero lo que sí está en nuestra mano es tener conversaciones con adolescentes, con amigos y amigas cercanas. Yo es algo que habría agradecido en mi adolescencia: poder tener estas conversaciones. Y si la peli las abre, yo estoy muy agradecida y me siento muy afortunada de formar parte.
Lo dice la también debutante Claudia Dalmau cuando la entrevistamos brevemente a la salida del cine. La actriz que encarna a Raki, la compañera de habitación de Carla en el centro, afirma: “Yo la historia que cuento en la película, que es de otra chica, no la cuento entera, detallada, pero las historias que escucháis en la película son historias reales que son muy fuertes y que transmiten un poder de superación increíble“.
La maternal, producida por Inicia Films y BTeam Prods y distribuida por BTeam Pictures, se encuentra todavía en algunas salas de cine.