Discordia cubre la edición IX del Festival Internacional Filmadrid con críticas a algunas de sus películas y el palmarés

Filmadrid nace en 2015. Su Sección Oficial está abierta a todos los géneros, nacionalidades y formatos. El entorno cinematográfico que crea es seguro y tiene la finalidad de descubrir jóvenes talentos y promover la diversidad cultural y artística. Este festival pertenece a la red de festivales de cine madrileños Matriz y a la red estatal europea SMART7. Cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y del ICAA. Y sus principales sedes son el Cine Doré, la Cineteca de Matadero y La Casa Encendida. 

Palmarés 2023

  • Premio del Jurado Oficial para I Am Here!, de Ludwig Wüst.
  • Premio del Jurado Joven para The Wild Duck, de Nadja Ericsson.
  • Premio del Jurado de Días de Cine para The Temple Woods Gang, de Rabah Ameur-Zaïmeche.
De Izq. a Der.: Nuria Cubas (directora del festival), cartel de la edición IX y Javier H. Estrada (responsable de programación y publicación). Fotos de Shijie y de M. G. Villaronga

7 películas destacadas

Pátio do Carrasco, de André Gil Mata (2023) | PRT

La superioridad estética y narrativa de sus imágenes se ve opacada por la insoportable y soporífera lentitud de su ritmo sin cortes. Con 20 minutos menos de estatismo vacío hubiera sido uno de los mejores cortometrajes, no solo del festival, sino del año. Porque la composición de los planos, el uso de la luz y la dirección de arte son impecables. Homenajeando tanto a las estridentes formas del expresionismo alemán como a las texturas del cine de autores como Bergman o Tarkovsky, salvando las distancias. Una delicia demasiado alargada. Un “con menos picha también se jode” de categoría, pero es que visualmente es sensacional.

Fotograma de Pátio do Carrasco (2023).

Mammalia, de Sebastian Mihailescu (2022) | ROU, POL, DEU

Escrita por Sebastian Mihailescu y Andrei Epure. Es una película que por su finalidad de intentar romper con las convenciones habituales del cine, acaba cayendo en otras convenciones de un tipo de cine más construido en el margen. Eso hace de este primer largometraje de ficción de su director una apuesta tanto arriesgada como fallida en cuanto a manejo de tiempos e ideas. El concepto principal de la película parece no llegar a término del todo. Y la extensión de los planos, algo recurrente en varias cintas del festival, pueden llegar a agotar. Aun así, las imágenes que el director crea son de una intachable belleza en 16 milímetros. Integra entornos naturales y la introspección de su protagonista en la composición de sus planos fijos de manera extraordinaria. Con la, además, destacable interpretación de István Teglas.

Fotograma de Mammalia (2022).

I Am Here!, de Ludwig Wüst (2023) | AUT

La simple pero bien contada historia de esta película juega con los elementos necesarios, que son pocos, para construir un drama muy interesante y muy bello. Con un buen planteamiento cinematográfico y rodada en 16 perfectos milímetros. Pero es verdad que en ocasiones se revela como una cinta un tanto agobiante por la longitud de sus planos. Y cuenta con un final que no encaja del todo con lo construido durante el metraje; no solo en lo meramente estético, también en lo puramente emocional. Se pierde. No obstante, en líneas generales, una cinta tan dolorosa como estupenda. Mención especial a la actriz protagonista Martina Spitzer, que es el alma viva de la peli.

Fotograma de I Am Here! (2023).

Secaderos, de Rocío Mesa (2023) | ESP

Sencilla y bonita. El encanto de sus imágenes —íntimas y sin pretensiones— es lo mejor de la cinta, que cambia repentinamente de registro en su narración fílmica cuando le conviene. La película pivota entre tres edades donde el ser humano es muy vulnerable con todo lo que la inocencia, la inexperiencia y la senectud conllevan. Cuenta con una “criatura”, un monstruo de hoja de tabaco, que podría pertenecer a la mitología de El bosque de Shyamalan, y con un estilo general que recuerda, quizá demasiado, a Carla Simón o a Elena López Riera. Eso igual le reste fuerza. Eso sí, la parte lisérgica rodada en analógico es tan brillante como significativa.

Fotograma de Secaderos (2023).

Psychology Counselour / Kaunserâ, de Zenzo Sakai (2021) | JPN

Es un estupendo acercamiento al J-Horror desde una perspectiva japonesa, pero occidentalizada; reconocido por su propio director. Desvela, aun así, una tradición de leyenda japonesa muy interesante y bastante más profunda de lo que parece a priori. Y esta profundidad no se deja ver solo en el trato de dicha leyenda, sino también en el trasfondo de los personajes, tan bizarros como geniales. Consigue cotas de tensión y terror muy impresionantes con muy poco y en no mucho más de 40 minutos. Transita el terror a distancia y principalmente por la senda del drama, y con cierta ironía no muy marcada. 

Fotograma de Psychology Counselour (2021).

Lúa, techno y lo que queda de él, de Carlos Baixauli (2023) | ESP

Estamos frente al filme más íntimo, visualmente poderoso y bello del festival, probablemente. Un corto que, por encima de todo, respira cine. Con solo diez minutos, Carlos Baixauli es capaz de componer una suerte de puzle de recuerdo incendiario que penetra en la piel del espectador. Todo aquello que rodea a la protagonista es vehículo de simbolismo y está plasmado en la pantalla con inteligencia, evidencia y sensatez. Es necesario remarcar la belleza de su montaje, lo orgánico de su diseño sonoro y lo bien que casa el tecno con las imágenes. Pero quizá lo mejor del corto es que consigue algo muy bonito: transformar lo analógico en sensorial.

Fotograma de Lúa, techno y lo que queda de él (2023).

El rostro de la medusa, de Melisa Liebenthal (2022) | ARG

Escrita por Melisa Liebenthal y Agustín Godoy. Juega con una mezcla interesante entre comedia y asepsia general que funciona muy bien y que no deja de ser, a su manera, muy intelectual en sus reflexiones acerca de la identidad. Además, las interpretaciones y la puesta en escena no solo son estupendas; son sobresalientes en sintonía con el tono de la película. La directora se pone a reflexionar sobre este tema de la identidad ligada a un rostro cambiante a través de su protagonista e imágenes de animales enjaulados en zoos. El poder o el poco poder de un rostro para adivinar una historia, una vida. Por si fuera poco, hace uso de unas animaciones y grafismos que hacen del montaje una especie de pasatiempo muy entretenido. Pone a debate la concepción del rostro como síntesis de un ser y resulta de lo más apasionante y divertido. De lejos, la mejor película de Filmadrid 2023.

Fotograma de El rostro de la medusa (2022).

Menciones de interés

Algunos largos y cortos que se han proyectado a lo largo del festival y que estaría bien seguirles la pista son Can’t Help Myself (Anna Ansone, 2022), Los océanos son los verdaderos continentes (Tommaso Santambrogio, 2019), Todos los sonidos entran adentro (Salka Tiziana, 2022), Taxibol (Tommaso Santambrogio, 2023) y la película de clausura Mutzenbacher (Ruth Beckermann, 2022). Y hay que destacar la genial labor del festival para dar a conocer a cineastas noveles del panorama nacional y europeo, además de aquellos cuyas películas no suelen llegar a España. Así que, a partir de ahora, todo el mundo a ver las novedades de Filmadrid cada año.

Día de la apertura del festival en el cine Doré. Foto de María Efti

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