Los Burnin’ Percebes estrenan su nueva película, que es un aire fresco para el cine español
Entre los superhéroes, lo nuevo de Schrader, lo nuevo de Wes Anderson, los coches rápidos y los Transformers, cae en la cartelera española la nueva película de Nando Martínez y Juan González —los Burnin’ Percebes—: El fantástico caso del Golem. Y digo cae porque la película cuenta cómo el mejor amigo de Juan se cae desde la azotea de un edificio y se rompe en mil pedazos. Como nadie parece escandalizarse, Juan se propone descubrir qué ha pasado. Y así, se ve inmerso en un laberinto de incongruencias y pianos que caen del cielo.
Tras películas tan diferentes entre sí como la amateur Searching for Meritxell (2014), la inclasificable y lisérgica Ikea 2 (2016) y la hermosa La reina de los lagartos (2019), llegan con otra propuesta tan alocada y brillante como absurda. Cuenta con un reparto de lujo entre los que se encuentran: Brays Efe, Ana Castillo, Luis Tosar, Roberto Álamo, Tito Valverde y los siempre leales Javier Botet y Bruna Cusí. Producida por Aquí y Allí Films y Sideral, y distribuida por Elamedia Estudios.
La libertad del Golem
Bajo los lemas “Mi amigo se ha roto en mil pedazos”, “El semen huele a fuet” y “Es desagradable, perfecto para mí”, la película nada en las aguas del romance, el humor absurdo y el misterio dentro del marco de la ciencia-ficción. Siempre rozando lo experimental, pero también anclado fielmente a una concepción libre del cine. Una película llena de efectos prácticos, retroproyecciones, forillos. Haciendo uso de planos secuencia largos rodados con berlanguita, con un ritmo interno estupendo, muy similar al del cartoon. Y, por encima de todo, creando un mundo propio, muy particular y especial, que respeta sus propias reglas y que tiene rimas con el resto de la filmografía de sus directores. En este caso en particular, hacen de lo artificial su realidad. Y si como público entras en esa premisa, prepárate para disfrutar.
En esta ocasión —rodado en 16mm—, Nando y Juan se inspiran en el cine de comedia de José Luis Cuerda, los hermanos Coen o los ZAZ para hacer una cinta del todo gamberra. Destacan, además de un reparto notablemente bien dirigido y cómodo, la fantástica música de Sergio Bertrán —con merengue incluido en colaboración con Bejo—. También hay que remarcar el increíble trabajo de fotografía por parte de Ion de Sosa, en comunión con el trabajo de arte y vestuario, con un uso de los colores muy trabajado y significativo. Pero, por encima de todo, lo que más llama la atención es el piano. Solo diré que cada vez que sale un piano en cámara, los directores se deciden a romper parte del guion. Qué satisfactorio que se rompan las convenciones del cine de manera tan obvia y original. Una señal de que los Burnin’ juegan a hacer cine por placer.
Aire fresco para el cine español
Burnin’ Percebes entra dentro de una especie de camada de cineastas que están haciendo cosas muy distintas a lo esperado dentro del panorama español. También es el caso de Chema García Ibarra, Ainhoa Rodríguez, David Pantaleón u Oscar Martín. Todo, por supuesto, desde distintos lugares y géneros. En el caso de los Burnin’, haciendo un cine personal muy libre e instintivo. Dejándose guiar por sus impulsos e ideas por encima de todo.
El fantástico caso del Golem es una peli absolutamente arraigada a un arco generacional y que sirve como reflejo de un presente de soledad, búsqueda de gestión emocional, Internet, nuevos famosos, apps de citas y desapegos. Es la exposición de una sociedad asintomática que busca explicaciones y se ve obligada a avanzar con demasiadas capacidades o teniendo a mano herramientas que no les han enseñado a usar. Todo esto envuelto en la realidad más grande de todas: la vida es un sinsentido absurdo y tendremos que reírnos. De ahí nace su humor y buen rollo. De ahí que esta película sea tan buena, porque es una ventana abierta por la que entra fresquito y se renueva el aire. Estreno en cines hoy, viernes 16 de junio.
Para ampliar: “El cine español es basura”
