El miércoles 14 de febrero se estrena Madame Web, la nueva historia del universo de Spider-Man en Sony. En esta reseña, te contamos las razones por las que la cinta protagoniza por Dakota Johnson no termina de despegar — Sin spoilers
Últimamente, ir a ver las películas del universo de Spider-Man es acudir al cine sin saber muy bien qué te vas a encontrar. Cuando Sony y Mavel se alían, funcionan. Cuando tiran por la animación y nos cuentan la historia de Mile Morales, ya no es solo que funcione, es que el resultado es sobresaliente. Pero, parece que, cuando quieren contar historias de personajes míticos del universo del hombre araña, se enredan. Nunca mejor dicho. No tenía demasiadas expectativas con Madame Web. Todavía tengo presente el visionado de Morbius. Sin embargo, con el principio de Madame Web, pensé que esta vez podía ir a mejor. Pero, según avanzaba la cinta, mis ganas por ver más se iban disipando.
Creo que el mayor problema de Madame Web es que se queda a medio camino en muchos aspectos. Primero, parece que no quiere ser una película de superhéroes al uso. Sin embargo, utiliza muchos recursos típicos de la narrativa de este género, que hacen que sea un filme de superhéroes descafeinado. A consecuencia de esto, también se desaprovecha mucho al propio personaje de Madame Web y sus habilidades.
Aunque es entendible que es una película de origen, parece que siempre nos dejan con la miel en los labios, y solo se explora una de las habilidades de Cassie Webb (Dakota Johnson). Además de que, a pesar de ser ella la protagonista, esta parece más una película de origen de los personajes del trío formado por Anya (Isabela Merced), Julia (Sydney Sweeney) y Mattie (Celeste O’Connor). El problema es que, al jugar a intentar contar la historia de las cuatro, nos quedamos en la superficie de todos los personajes. Y no sé si poner a Sweeney con gafas, medias y blusas holgadas para aparentar que es una adolescente y olvidarnos de sus otros papeles ha sido la mejor idea.
Volviendo al cuarteto formado por estos personajes, tampoco se termina de desarrollar el vínculo entre ellas. Que, de nuevo, es demasiado superficial. Sí, se entiende que hay una relación de protección por parte de Cassie hacia las niñas. Pero eso es todo.
Vuelta a los 2000
La película busca tirar de la nostalgia y llevarnos al año 2003. Y, en principio, funciona. La verdad es que, con esta estética y este Nueva York de los 2000, se respira Spider-Man. Sin embargo, a veces es demasiado forzado. Parece que la película nos da señales, mediante guiños a la cultura pop, de que estamos viendo una historia que ocurrió hace 14 años y de que no nos encontramos en la actualidad. Pero, al igual que me ocurre con el resto de la cinta, pienso que si querían tener esta estética tan marcada deberían haber apostado más.
Vale, la moda es cíclica, y ahora están volviendo muchas cosas de la época de los 2000. Pero, en cuanto a vestuario, Cassie lleva una estilo que puede ser tanto del 2003 como de 2024. Y con el resto de protagonistas ocurre un poco lo mismo. Algo tan simple como que el personaje principal lleve pantalones de talle alto, cuando todos sabemos que en esos años la moda eran los de talle bajo, hace que se pierda esa esencia. Y que nos tengan que estar recordando todo el rato que estamos en 2003.
¿Y ahora qué?
Madame Web te deja una sensación extraña cuando sales de la sala. La primera pregunta que se me vino a la mente fue: “¿Qué va a pasar con estos personajes ahora?”. Y eso es resultado de la delicada situación del universo de Spider-Man, debido al tira y afloja de Sony y Marvel. Parece que los primeros quieren crear su propio universo, pero sin contar con el núcleo de todo: Spider-Man. ¿Tienen futuro Madame Web y sus aprendices? ¿O son unos personajes que se van a quedar en el limbo?
La sensación es que, debido a todo el lío de derechos que existe, no dejamos de ver cómo se desaprovechan historias y personajes. El personaje de Madame Web habría funcionado muy bien en el universo ya consolidado de Marvel, siendo incluso una posibilidad para tener un reinicio, ahora que parece que no tienen un rumbo fijo. Sin embargo, todo indica a que será un personaje y una película de la que te olvidarás a la semana de verla.
