“Ohlalà!“, dijo una vez un francés, “c’est l’amour“. Hermosas mariposas vuelan muy dentro de ti. El estómago regurgita cosas bonitas, sentimientos y otras drogas. ¿Dopamina? En vena, por favor. Que desborde, que no le falte a nadie. ¿Existe a alguien que no le guste el amor? Debe estar muerto por dentro. Pocos sentimientos son más comunes a toda la raza humana que el hecho de amar. Hasta Donald Trump ama a alguien, aunque sea a sí mismo. San Valentín es una fecha más para conmemorar el amor, pero es el amor el que hace que San Valentín sea un día especial. Hay que amar, solo para demostrarlo un poquito más. Como cada domingo, Discordia recomienda tres obras, pero esta vez movida por el amor. O por lo que diga yo.
Cine: Cuando Harry encontró a Sally de Rob Reiner (1989)
Recomendar Your Name (Makoto Shinkai, 2016) me iba a parecer repetitivo. Sí, siempre la recomiendo. Además, en la primera recomendación de Discordia ya mencioné Antes del amanecer (Richard Linklater, 1995). Me encontraba contra la espada y la pared. Son mis dos películas de manual para recomendar cuando pienso en el amor. Al borde de un ataque de nervios, mi cerebro encontró otra obra que recoge esa idea de amor predestinado que tanto me gusta. Un predecesor de las anteriores, en la que dos jóvenes desconocidos comparten un viaje en coche por casualidad y no vuelven a saber del otro hasta que, años después, la casualidad (llamémosla Destino) los vuelve a reunir y los hace amigos inseparables. Lo que parece la típica comedia romántica de sobremesa en Antena 3, termina por convertirse en uno de los clásicos del cine, imprescindible para cualquier amante de cine y, en definitiva, para cualquier amante.
Literatura: Percy Jackson y Annabeth Chase
¿Qué queréis que os diga? Solo hay una cosa que me guste más que toda la saga literaria creada por Rick Riordan: la historia de amor de sus protagonistas. ¿Spoiler? Tampoco es eso. Es literatura juvenil, queridos: el chico siempre se queda con la chica. A diferencia de otros escritores, Riordan crea el OTP más bonito inimaginable. Por los dioses, si es que son adorables. Es un amor sincero, que va calentándose a fuego lento hasta la explosión final del último acto de la primera saga.
Los libros siguientes, de la colección Los héroes del Olimpo (2010-2014), si bien puede parecer que deja la relación en un segundo plano, nos demuestra que Percabeth (como dicen los fans) es más fuerte que nunca. Un amor sincero, por el que uno estaría dispuesto a saltar hasta lo más profundo del Tártaro, sujetar el cielo mismo y enfrentarse a todos los monstruos de la antigua Grecia con tal de vivirlo. Pocos amores hacen a uno desear vivirlos por encima de la propia trama. No fue “el mejor beso submarino de todos los tiempos”; simplemente fue “el mejor beso de todos los tiempos”. Te queremos, Uncle Rick.
Serie: Cómo conocí a vuestra madre de Carter Bays y Craig Thomas (2005-2014)
Cuando creamos Discordia, lo dijimos claro: debemos ser la voz del arte en desacuerdo. Bueno, entonces he de decirlo alto y claro: Cómo conocí a vuestra madre es mejor que Friends. Que sí, que sí. “Friends es muy divertida”. “Friends es original, Cómo conocí a vuestra madre es una copia”. Spoiler: os equivocáis. No solo es que la sitcom de Ted, Barney, Robin y compañía sea mejor (que lo es), sino que también se siente realmente viva. Friends te hace reír. Cómo conocí a vuestra madre consigue hacerte llorar; consigue hacerte amar. Te traslada a lo largo de sus nueve temporadas por un circuito de emociones puras y reales, con personajes construidos con amor y tramas que no buscan simplemente hacerte reír.
Si escojo Cómo conocí a vuestra madre por encima de cualquier otra sitcom, es sencillamente porque ninguna ha sido capaz de transmitir tanto en tan pocos minutos de metraje. Friends, Big Bang Theory… Son divertidas. Pero ya está. Son el calco de personajes que terminas queriendo porque son graciosos, creces con ellos y, en definitiva, te hacen pasar un buen rato. Pero Cómo conocí a vuestra madre te hace madurar con sus personajes. Cada uno viaja de una forma totalmente opuesta a la del que se sienta a su lado en la mesa del pub. Tal y como ocurre en Your Name, Antes del amanecer o Cuando Harry encontró a Sally, la historia de Ted y sus amigos forma parte de un precioso recorrido que, si bien no siempre es perfecto, es el que se debe recorrer.
Cada minuto. Cada escena, sea buena o te rompa el corazón. Sea el primer beso o que te planten en un altar. Sea cual sea el camino, es precisamente el camino. Cada decisión tomada que te ha llevado a estar en ese momento preciso en que todo es como debe ser, porque al fin estás con esa persona con quien debes estar. Porque el amor es, en esencia, esa razón que Nietzsche se murió por decir. Es esa razón que hace que todo valga la pena, que nos hace querer la vida tantas veces que sea eterno, infinito, para poder estar en el lugar indicado en el momento indicado para decir “te quiero”.