Estamos en época de exámenes finales, EvAU, pruebas de acceso, notas de corte… Mucha presión, muchas expectativas y mucha incertidumbre. Te esclarecemos qué se puede esperar realmente de una carrera universitaria y damos algunos consejos con lo que te puedes encontrar en este camino: compañeros, profesores y asignaturas.

¿Es realmente lo que quieres?

Quizá ni siquiera has tenido tiempo de pensarlo: has dado por hecho que una carrera universitaria es lo que tienes que hacer. En muchos países, desde Canadá a Dinamarca, es lo más común del mundo tomarse uno año sabático (o varios) antes de emprender una educación superior o un empleo. En España esto está mal visto, del mismo modo que dejar la universidad. Es improbable que tengas claro lo que quieres hacer recién graduado, con 17 o 18 años. De hecho, es una locura. Puedes tenerlo claro y luego darte cuenta de que no era así. 

A la hora de elegir, intenta que no sea determinante elegir una carrera u otra por sus “mejores” o “peores” salidas profesionales, porque lo cierto es que no sabes cómo será el panorama laboral cuando salgas, máínimo cuatro años después. Cada año hay trabajos nuevos y se necesitan trabajos de todo.

Nos imponen desde pequeños que la solución a nuestros problemas es sacarse un título, pero está claro que eso ya no es ninguna certeza. La mayor probabilidad que tienes de triunfar en algo es si estás interesado en ello (ya ni digamos si te apasiona), porque entonces trabajarás duro y disfrutarás trabajando. Así que, si quieres fusionar “una carrera de la que vaya a tener trabajo” y “una carrera que me guste”, lo cierto es que tienes más probabilidades de conseguir lo primero si te guías por lo segundo.

Una carrera universitaria es mucho trabajo y el doble si no te gusta

Recuerda que hay más opciones. Puedes decidir lanzarte al mundo laboral, aunque puede costar más empezar, o iniciar estudios de formación paralelos que no tengan carácter de título universitario. También puedes decantarte por las Formaciones Profesionales que, a diferencia de las carreras universitarias, son más cortas y prácticas.

Plantéate qué te interesa más. No te dejes guiar por el título de una carrera o de sus asignaturas, mírate realmente de qué van y habla con gente para que te cuenten sus experiencias. Sobre todo, no elijas una carrera diferente a la que quieres por tener mejor nota: he conocido mucha gente infeliz que se mete a una carrera universitaria con mucho prestigio por haber sacado buena nota en la EvAU, para luego darse cuenta de que realmente querían otra en la que la nota de corte es un cinco. La oferta y demanda cambia mucho, pero tu pasión no lo hará.

La gente

Quizá el bullying se acabaría si todos tuviéramos mayor prospección de futuro. Si a los seis años supiéramos que la persona que nos pega en el patio puede estar pidiéndonos trabajo 30 años después, las cosas cambiarían. Es poco probable que tengas malas experiencias con la gente, porque por suerte la gente usa el cambio de etapa para ganar tranquilidad. No vayas con miedo. Al principio todos quieren lo mismo: hacer amigos, y luego van más a su bola que en el colegio o el instituto. 

En la carrera, como en la mayoría de sitios, no eliges a tus compañeros de clase, pero sí puedes elegir qué sacar de ellos. Y ya no solo por un pragmatismo absoluto (al fin y al cabo, estáis estudiando lo mismo: el mundo es un pañuelo y sí, puede que le estés pidiendo trabajo en 10 años), sino porque tus compañeros son de los que más aprenderás.

La gente sorprende. Quítate los prejuicios y únete a personas diferentes a ti: la universidad es una puerta gigantesca para conocer gente nueva. Sal de la zona de confort: siempre hay algo que puedes aprender de cada persona, por mucho que lo dudes, e incluso podéis uniros para crear nuevos proyectos. ¡Esta revista digital salió de esa misma unión!

Profesores y asignaturas

Hay asignaturas de las que aprenderás y otras que te servirán solo para sumar seis créditos y obtener el título. Algunos profesores lograrán que te guste su truño de asignatura y otros conseguirán hacer aburrida la mejor asignatura de la carrera. Por desgracia, es lo que hay. En las universidades públicas, las clases tienen más de cien alumnos. Es importante que, aunque tú seas uno de cien para ellos, no trates a cada profesor como si fuera uno de seis. Cada uno es distinto, valora unas cosas y detesta otras.

Encontrarás desde profesores tan atentos que sentirás que son familiares tuyos (yo he tenido dos profesoras que eran como nuestras tías) a profesores asociados que pasarán de tu cara, para bien y para mal. Conviene ir el día de presentación para hacerte a la idea de con lo que vas a tener que lidiar: sobre todo porque hay profesores que se repetirán en los años de carrera. Es una primera impresión importante, donde además sabrás si el profesor valorará tu asistencia a clase, si quiere que le hablen de usted o comprar su libro (y si puedes escaquearte de esto último).

Una cosa que hay que dejar atrás al empezar la universidad es el miedo a suspender o, para los más autoexigentes, el miedo a no ser excelente. Habrá notas injustas y épocas malas. Años después, no recordarás las asignaturas que cursaste, el agobio de las semanas de finales y los nombres de algunos profesores, sino lo que hiciste en esa época. Aprovéchate de las oportunidades de la universidad. Investiga becas, clubes, programas y oportunidades. La experiencia universitaria va más allá de las clases y las notas.

La verdadera formación

Hay diferentes formas de enfocar la carrera universitaria. Dependiendo de la rama escogida, las clases son más útiles para aprender o para conseguir el título. En la mayoría de los casos, el verdadero aprendizaje empieza al terminar la carrera, pero es una buena base. Como en todo, de la universidad te llevarás lo que inviertas. Hay gente que terminará Bellas Artes sin saber tomar proporciones y gente que terminará Periodismo sin citar bien las fuentes. 

Es esencial diferenciarse del resto en una época en la que graduarse es casi la norma. Ya sea con la hiperespecificación en tu terreno, si sabes cuál es, o mediante la experiencia. En la mayoría de carreras de España no puedes hacer prácticas antes de tercero o cuarto curso. Búscate la vida. Emprende proyectos, aprende fuera de la universidad. Si haces Comunicación Audiovisual, graba cortos. Si haces Literatura, escribe. Las redes sociales son un medio perfecto para empezar a enseñar tu trabajo cuando aún no tienes suficiente para rellenar una página de LinkedIn. No esperes a terminar la carrera para empezar a descubrir tu campo.

Como en la vida misma, en los años de la carrera te pasarán cosas, a veces trágicas, y tendrás que compatibilizarlas con los estudios. Esto puede ser muy complicado, pero en esos momentos es esencial que recuerdes lo más importante: estar bien y aprender mucho, dentro y fuera. Lee mucho y utiliza la universidad como un puente para conectarte a más conocimiento, experiencias y personas.

Sofía Kofoed Alonso

Sofía Kofoed Alonso

Tengo un gato que se llama Amadeus y muchas opiniones.

3 comentarios en “Empezar la carrera: de la A a la Z

  1. Un articulo muy interesante y humano, casi diria de lectura obligada para cualquier joven que pretende empezar unos estudios universitarios. Bravo 👏🏻👏🏻!!

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