Lucha de lealtades en la segunda temporada del reboot de El internado, disponible en Prime Video el próximo 1 de abril
Muchos somos los que recordamos El internado como el culmen de la edad dorada de las series de ficción adolescente televisiva de Antena 3. A ella debemos la presencia en nuestras pantallas de Blanca Suárez, Yon González, Matiño Rivas y la ahora hollywoodense Ana de Armas. Prime Video España decidió volver a abrir las puertas de la escuela más famosa de la televisión española (con permiso de Las Encinas y Física o Química) con un nuevo reboot. Tras una primera temporada que volvió a levantar escalofríos a los fanáticos, el 1 de abril llega a la plataforma la muy esperada segunda temporada. En Discordia hemos tenido la oportunidad de disfrutar de los primeros capítulos para adelantaros qué se puede esperar de este nuevo regreso a clase.
ATENCIÓN: aunque prometemos cero spoilers de los nuevos capítulos, si aún no habéis disfrutado de la entrega precedente, a partir de aquí sí que se adelantan secretos importante de la trama y los personajes de la primera temporada.
Misterios, secretos y asesinatos vuelven a pasearse por los tenebrosos pasillos de El internado. Tras las muerte de Alba y Rita, el patrón se confirma. Nadie duda de que un supuesto asesino imitador del Nido del Cuervo acecha en el bosque esperando a la próxima víctima. Mientras, en el interior del colegio ni la estricta disciplina consigue aplacar la voluntad de destapar todos los secretos que oculta la institución. Paul y Amaia seguirán persiguiendo liberar a Manu a toda costa al tiempo que Inés intenta reconstruir los fragmentos de su memoria perdida. La pregunta ahora es: ¿En quién es correcto confiar?
Con respecto a su predecesora, El internado: Las Cumbres confirma en esta nueva temporada estar dominada por más oscuridad. Con todo, al igual que en la ficción original, la enrevesada y compleja trama se sigue suministrando en pequeñas píldoras de conocimiento que endulzan la mente del espectador. Mientras se descubren los misterios de los laboratorios CORTEX y su vinculación con la amnesia de Inés, la serie sostiene la atención gracias a las relaciones de amor y amistad de sus personajes.
El alumnado
No hay internado sin alumnos que educar o, en este caso, atormentar. A la promoción del año pasado debemos llorar la dolorosa pérdida de Elías mientras celebramos la ida de Rita. Sin embargo, al igual que en la serie original, los personajes se van contaminando cada vez más por el bien y el mal a medida que avanzan los cursos. Ni espectador ni personajes podrán depositar confianza en las palabras de nadie y mantener las lealtades será cada vez menos sencillo.
Con todo, los grupitos permanecen invariables. Paul, Amaia, Inés y Adèle siguen proclamándose los populares de la clase sobre los que tramas y personajes deben girar. Por su parte, Manu sigue en su camino de volver con sus amigos y crece en importancia esta nueva temporada (lo cual no era muy complicado, teniendo en cuenta que su labor en la anterior se limitó a estar en boca de Amaia cuando le interesaba).
Julio, Eric y Paz siguen sentándose en última fila intentando llamar la atención de sus compañeros más aventajados. En general, se echa de menos un desarrollo un poco mayor por su parte más allá de cumplir el cupo obligatorio de tríos sexuales que requieren todas las series adolescentes en los últimos tiempos. Incluso Eva, la nueva de la clase, parece tener mayor recorrido en cuatro capítulos que los otros tres juntos en toda la serie.
Toca ir a septiembre con interpretación
En cuanto a las notas finales, la clase consigue subir la media en actuación ligeramente. Creo que todos permitimos la concesión de que las series adolescentes (con actores también adolescentes) sufran de actuaciones muy mejorables. El público ha aguantado las pésimas dotes de Omar Ayuso en Élite durante cuatro temporadas, ¡eso sí que es aguante! Con todo, hay personas a las que el aprobado se les sigue escapando de las manos.
Tras la salida de Alberto Amarilla al final de la primera temporada; Claudia Riera, Joel Bosqued, Ramiro Blas y Natalia Dicenta recogen el testigo de los alumnos de notable que alcanzan a subir la media de la clase. A Albert Salazar, Asia Ortega y Daniela Rubio se les nota la vuelta a la presencialidad y consiguen ganarse más el favor de las cámaras. Mientras, las lecciones de refuerzo surten su efecto para Clara Galle que mejora notablemente con respecto a A través de mi ventana, aunque quedándose lejos de la complejidad que requiere su personaje. Por último, el suspenso absoluto sigue siendo para Mina El Hammani con la interpretación más artificial de la que cuesta no apartar la mirada. El resto no alcanzan el mínimo de asistencia.
Aprobada o suspensa, El internado: Las Cumbres consigue no manchar el recuerdo. Una más que digna opción de ficción nacional si lo que quieres es perderte en dramas adolescentes y tenebrosos misterios un tanto sobrenaturales. Estoy segura de que la adolescente que se enamoró de la historia de Marcos, Iván, Julia y Caro hubiera disfrutado también de esta nueva historia.