Durante este mes del Orgullo LGTB, los españoles tendrán la oportunidad de empatizar con la realidad trans en las salas de cine — Sin spoilers
Lola es una película belga de 2019 dirigida y escrita por Laurent Micheli y protagonizada por la actriz trans Mya Bollaers. Tras su nominación a mejor película extranjera en los Premios César, los Goya franceses, hoy se estrena en los cines de España, que no han proyectado una cinta de ficción con protagonista trans desde 2017 con Una mujer fantástica (Sebastián Lelio). En este sentido, Lola es una road movie donde una chica trans de 18 años en plena transición se embarca en un viaje en coche con su padre Phillip, que dos años atrás decidió echarla de casa por su identidad de género. El motivo de esta peculiar travesía está en el deseo de su madre recién fallecida de que sus cenizas descansen en paz en el Mar del Norte, cerca de la casa familiar de verano.
El personaje de la madre, que solo aparece en fotografías, tiene un papel fundamental en el transcurso del filme. Lola y Phillip, que se guardan rencor, asco y desprecio, solo tienen una cosa en común: el amor hacia la mujer más importante de sus vidas. Aunque Phillip trata de esconder la noticia de su fallecimiento a Lola, esta consigue enterarse y decide no abandonar a su madre, que durante los últimos meses la había apoyado en su transición a escondidas de Phillip. Esta será la excusa para que los dos protagonistas se vean obligados a interactuar, permitiendo a los espectadores conocer su historia, sus personalidades y la evolución de una relación, en principio, rota.
Lola llega desde Bélgica, el segundo país europeo con mejores derechos LGTB según ILGA Europa, permitiendo que la representación de las personas trans sea muy acertada y toque temas como los traumas de la infancia, el papel de la familia, el proceso de transición y operación en una adolescente, el conflicto social de tener el deadname en el DNI… De esta forma, la cinta continúa la senda de otras películas de ficción sobre personajes trans durante su transición, aunque no tiene ningún problema en establecer una personalidad propia. Por ejemplo, Transamerica (Duncan Tucker, 2005) también es una road movie entre una mujer trans y su hijo, pero la representación que hace del colectivo no ha conseguido envejecer del todo bien. Por su parte, Romeos (Sabine Bernardi, 2011) muestra la atracción sexual entre los dos personajes principales, alejándose del nexo familiar que sí comparten Lola y Transamerica.
Uno de los elementos característicos de este filme, más allá de su formato rectangular (4:3), es el uso del simbolismo como si fuera un personaje más. Está presente en el color rosa, las cenizas, las estrellas… Pero, sobre todo, en el iPod de la madre. La tensión, el drama y las escenas musicales que provocan este simple objetivo permiten avanzar en la relación de los dos personajes y sus conflictos internos. De esta forma, el director consigue que el iPod y las cenizas de la madre acompañen a Lola y Phillip en su viaje, pero también a los espectadores.
Preestreno en los Cines Embajadores
El pasado 14 de junio, los Cines Embajadores organizaron un preestreno de la película con el director, la actriz protagonista y el actor trans español Zack Gómez. Gracias a este evento y las intervenciones de los invitados, el público pudo conocer diferentes aspectos de Lola, como el origen de esta historia: Laurent Micheli quiso hacer una película con un personaje trans que, en vez de víctima, fuera una mujer poderosa que domina su propio mundo, con carácter y las ideas claras. En este sentido, Zack Gómez aplaudió que Lola no cumpliera todos los tópicos de lo que se considera ser trans: “Era importante presentar a Lola como una chica que se escapa de los tópicos de la feminidad. Una chica trans que muestra su fuerza, encara la energía de una generación… Es una cuestión de representación, aunque no tengo nada en contra de los tópicos”, aseguró el director.
Por otro lado, la actriz Mya Bollaers, que encarga el personaje protagonista, confesó que la fuerza de voluntad y la aparente seguridad de Lola es la actitud que les corresponde tener a las personas trans por necesidad, porque no tienen otra opción si quieren conseguir su objetivo: ser ellas mismas. Además, habló sobre el poder que tiene el cine de presentar realidades desconocidas para el público, pero con un matiz: “No hay que identificarse con algo para respetarlo porque los seres humanos tenemos empatía. Espero que todo el mundo tenga corazón suficiente para entender a las personas LGTB”. También mencionó la importancia de tener referentes y de que estos sean diversos y representen distintas realidades. Por su parte, Zack Gómez agradeció al director que pensara en una actriz trans para interpretar el papel de Lola: “Espero que haya muchas películas protagonizadas por actrices y actores trans”.
“¿Tienes algo en contra de las chicas?”
Esta cita, que aparece en los carteles promocionales de la película, es una pregunta que formula un personaje secundario a Phillip durante una de las paradas del viaje. A través de esta conversación, los espectadores pueden conocer la versión de un padre que no actuó como tal y la oscura infancia de Lola, que está presente durante todo el filme, de una u otra forma. Con charlas como esta van resolviéndose las incógnitas presentadas al espectador en la primera escena de la película, donde aparecen Lola y su compañero de habitación en un centro.
El padre es la viva representación de la transfobia y la incomprensión: es incapaz de empatizar con Lola, sigue llamándola por su antiguo nombre… Vamos, lo normal en un hombre que echó de casa a su hija con apenas 16 años por ser trans. Aun así, el propio director reconoce que tuvo que darle una vuelta al personaje porque en la primera versión del guion era demasiado básico: “El trabajo consistía en acercarme hacia lo que era ese hombre de verdad. Es decir, ¿qué significa ser un hombre y ser padre? Mostrar sus dudas, torpezas y prejuicios permite que la gente le entienda”. De esta forma, Laurent Micheli espera que los espectadores que empaticen más con Phillip que con Lola puedan comprender el conflicto y reconocer que el comportamiento del padre es despreciable.
Pero… ¿Cómo se puede conseguir que el sector de la población más conservadora vea una película con un protagonista trans? Sin duda, la mejor forma es proyectar estos filmes en salas de cine y normalizar la presencia de personas trans en las narrativas culturales. Desde hoy, ya se puede consultar en qué cines se proyecta Lola y comprar una entrada para celebrar la diversidad en el mes del Orgullo LGTB y contrarrestar los mensajes contra la “Ley Trans” y contra la propia película.
Algunos aún se preguntan porque hay que celebrar el Orgullo o porque hacen falta leyes que protejan al colectivo trans.
Los comentarios que nos encontramos en las promociones de #LOLA lo dejan claro.
🙏🏻si os apetece, dejad un comentarios positivos en los spots de la peli 🏳️⚧️ pic.twitter.com/tpU16UuR1l— elamediaestudios (@elamedia) June 12, 2021
Para ampliar: Recomendación #22: LGTB