El guionista y director noruego Eskil Vogt dota a un grupo de cuatro niños de poderes mágicos para explorar la pregunta de todos los tiempos: ¿es el ser humano bueno o malo por naturaleza?
El nombre Eskil Vogt se conoce por firmar junto al de Joaquim Trier en los guiones de sus películas, algunas de las mejores que han visto la luz en Noruega. Tienen títulos tan conocidos como El amor más fuerte que las bombas, Oslo, 31 de agosto o La peor persona del mundo, con la que fueron nominados a mejor película extranjera y mejor guion original por la Academia. Como director, esta es su segunda película después de su debut con Blind, ganadora del permio a mejor guion en Sundance.
Ambientada en una urbanización de lo más “noruega”, cuatro niños (dos hermanas, una niña y un niño) descubren los poderes mentales que los unen. Mientras elaboran nuevos juegos, algunos inocentes y otros más retorcidos, exploran la curiosidad, la culpa, la humillación, la empatía (y su falta) y la rabia. Estos poderes les permitirán explorar las líneas de la moral, mientras se sumergen en el mundo de los superpoderes y en el que todo niño ha sufrido alguna vez: el de los miedos, que nunca nos llega a abandonar.
Ay, los niños
The Innocents muestra sin vicisitudes la complejidad de los niños, estereotipados en el resto de películas del género y tildados de seres inferiores por los adultos. Esta narrativa cuenta con precedentes en el cine noruego, como vemos en la película de Cuidado con los niños (Dag Johan Haugerud, 2019). Sin embargo, Eskil Vogt da un paso más para mostrar la vida secreta de los niños.
Crea un cuarteto protagonista que se roba el show y no teme a representar la multiculturalidad existente en los países nórdicos, aunque inicialmente no fuera su intención. Sus relaciones muestran cómo las dinámicas de poder se instalan desde la infancia. Los actores, noveles y jóvenes (Mina Yasmin Bremseth Asheim tiene apenas 10 años), soportan la intensidad de la película sin dificultad, con una merecida mención especial a la tremenda interpretación de Alva Brynsmo Ramstad como Anna.
Se reconoce en The Innocents la pluma narrativa que vimos en su brillante debut directoral, Blind. Si bien cumple con su potente premisa, ni siquiera su excelente sonido evita que se produzca una fuga de tensión, consecuencia del ritmo desinflado por las escenas climáticas de excesiva duración, que hace que el tramo final sepa más a tercero que a postre.
The Innocents es una película ejemplar del nuevo recorrido del cine de terror, en proceso de desprenderse de los estereotipos del género y apoyándose meramente en lo supernatural como metáfora de lo más humano. Eskil Vogt juega con el mundo imaginario y real de los niños: lo extraordinario de los nuevos descubrimientos y lo fácil que es que el miedo se apodere. Una película que nos hará remontarnos a cuando éramos niños y las cosas que hicimos que ahora entendemos distinto. ¿Somos realmente mejores o peores a como éramos cuando éramos niños? ¿Es la infancia nuestra verdadera naturaleza, sin eximirla de responsabilidad?
