Onward (2020) y Sing Street (2016) son dos películas diametralmente opuestas pero con una misma joya: la relación entre los dos hermanos — Con spoilers
Como muchas de las películas de adolescentes ambientadas en los años 80, Sing Street es refrescante. Tiene personajes que recuerdan mínimamente a los de Billie Elliot (2000), Submarine (2010) o Pride (2014), pero podría resumirse en una comedia con temática musical del clásico chico-conoce-chica, donde la magia no radica principalmente en sus dos protagonistas, aunque tienen su carisma.
Por otro lado, Onward podría ser otra película de aventuras de Disney Pixar, como Inside Out o Soul, pero es capaz de superarlas en la creación de personajes y las subtramas. Al fin y al cabo, la película desaparecería en su esencia sin el amor mutuo entre Ian y Barley. Onward y Sing Street tienen en común el lazo que une a los hermanos de ambas películas.
En Sing Street la pareja que hacen el protagonista y su crush no son “la razón por la que te quedas”, aunque pueda aparentarlo. Lo que brilla es la relación que tiene con su hermano mayor Brendan, el desastre de la familia, que no terminó los estudios y no hace nada con su vida. Brendan lo da todo para que su hermano pequeño cumpla sus sueños, enseñándole todo lo que sabe y apoyándole.
A pesar de su labor como cuidador de Conor, Brendan no se deja pisar. Cuando Conor se ríe porque Brendan lleva dos días sin fumar porros para “hacer algo con su vida”, él le contesta con determinación y amor, tanto por su hermano cómo por sí mismo, con un monólogo de lo más inédito:
“¿Ves esa guitarra? Yo antes podía tocar esa guitarra, y bien. Salía con tías buenas. Era el más rápido en la escuela en los 200 metros. Eres el pequeño. Estás siguiendo el sendero que yo he abierto en la jungla que es esa familia. Estuve solo con ellos seis años. ¿Crees que están locos ahora? Pues imagínatelos cuando eran jóvenes. Dos católicos en un piso alquilado con un bebé que no para de gritar, que se habían casado para poder follar. Ni siquiera se querían. Y yo allí, en medio, solo. Y luego viniste tú. Gracias a Dios. Y cruzaste la senda que yo había abierto sin hacerte un rasguño. Seguiste mi estela. La gente se ríe de mí, Conor. Soy el porrero, el que dejó la escuela. Y a ti te alaban, y me alegro, pero, antes, yo también me comía el mundo”.
Onward, estrenada en España apenas una semana antes de la instauración del confinamiento, supera en creces a Soul, siendo no baladí los numerosos premios tanto ganados como a los que se encuentra nominada. Su principal distinción dentro de la trayectoria Disney-Pixar es ser la primera en presentar las relaciones entre hermanos, más allá de Los Increíbles, donde el principal foco es la familia en general. Pixar consigue triunfar en el intento, mostrando una relación de amor, respeto y protección mutuos que conmueve hasta explotar en el final, donde los roles se invierten.
Si además queremos encontrar mayores similitudes entre las dos películas, podríamos ver que tanto Brendan como Barley, de nombres parecidos, cumplen su papel de hermano mayor altruista. Desean con todas sus fuerzas que sus hermanos pequeños, enclenques e inseguros por naturaleza, acepten quiénes son y descubran quiénes quieren ser. Brendan es la voz de la razón. Barley es de una bondad admirable. Por no decir que también Barley y Brendan e Ian y Conor se parecen físicamente (¿o no?).
A pesar de las claras diferencias tanto argumentales como contextuales (solo dos de ellos tienen la piel azul y viven en un mundo post-fantástico), lo que hace que ambas películas resulten irremplazables es la relación entre los hermanos. Desde los hermanos elfo de la película de animación, cuyo objetivo es pasar el día con su padre, a la relación movida por el amor por la música de Conor con su hermano mayor, en el seno de una familia con problemas económicos en el Dublín de los 80. Tal es así que el propio director de Sing Street, John Carney, ha dedicado la película a “los hermanos de todas partes”.
¿A qué esperas para verlas? Onward está disponible en Disney+ y Sing Street en Prime Video y Filmin.
Más acertada imposible. Qué pena que la pandemia haya eclipsado a Onward y qué suerte haberla podido ver y apreciar. Excelente análisis sobre la importancia de la subtramas en el cine 👏