Una voz triste para una vida triste; la voz favorita de grandes figuras del folk que apenas se recuerda

Jean Karen Kariker, mejor conocida como Karen Dalton (1937-1993), fue una cantante y compositora estadounidense de blues y folk que sobresalió moderadamente en el panorama musical durante los años 60. Su vida estuvo marcada por la mala suerte y el traspiés continuo. Se divorció de tres hombres antes de la mayoría de edad y tuvo dos hijos a los que abandonó en su pueblo para caminar por la vida tan solo con su guitarra a cuestas. Se marchó de su hogar queriendo volver algún día con cierto éxito. Pero la realidad fue muy distinta, ya que tan solo encontró vino y heroína como acompañantes fieles a lo largo de su errante vida. Y nunca regresó al hogar.

Algunas fuentes afirman que la causa de su muerte fue el sida contraído durante los 22 años que estuvo sin grabar nada y en los que su vida giraba en torno al abandono, mientras que otras afirman que fue un cáncer de laringe. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que murió olvidada, aunque no sola. Su amigo, el guitarrista Peter Walken, cuidó de ella hasta el final. De hecho, es una de esas personas decisivas por las que conocemos quién es Karen Dalton a día de hoy.

Karen Dalton tocando la guitarra.
Karen Dalton tocando la guitarra.

La primera vez que el mundo oyó hablar de Karen fue en 1975 a través de la canción Katie’s Been Gone, del álbum The Basement Tapes de Bob Dylan & The Band. Dylan afirmó que dicha canción iba dedicada a Karen, pero es cierto que lo confirmó mucho más tarde, así que en realidad la primera vez que oímos hablar de ella sería en el año 2004 a través de su libro Crónicas (Vol. I). En él, Dylan la menciona cuando habla del café subterráneo Wha?, de la calle MacDougal; famoso café de Nueva York por donde pasaron artistas de toda índole, desde músicos y poetas hasta magos y cómicos.

Dicho café, bajo su lema “Greenwich Village’s Swingingest Coffee House“, acogió los primeros pasos de las carreras de Dylan, Springsteen, Hendrix o de Woody Allen como humorista. Pero si algo pasaba por el Wha? en aquellos años eran los músicos del panorama folk de entonces. En estas crónicas, Dylan menciona a Karen Dalton diciendo que era su favorita del lugar. “Su voz me recordaba a la de Billie Holiday”, dijo de ella en ese mismo libro.

De izquierda a derecha: Bob Dylan, Karen Dalton y Fred Neil en el escenario del café Wha?
De izquierda a derecha: Bob Dylan, Karen Dalton y Fred Neil en el escenario del café Wha?

Karen era recurrente en el Wha? y llegó a compartir escenario con Dylan, Fred Neil o Joan Báez. De hecho, gracias al propio Fred Neil (1936-2001), famoso cantante y compositor de folk y blues que también era un constante en el café Wha?, Karen grabó su primer disco en 1969: It’s So Hard to Tell Who’s Going to Love You the Best. Todo lo que a día de hoy podemos escuchar de Karen previo a este disco eran grabaciones en mala calidad de sus directos en el Wha? o en el Attic (otro local de música). Por ese motivo, este disco, aunque limitado en cuanto a presupuesto, fue un avance en calidad en su corta carrera.

In My Own Time, de 1971, fue su segundo y último álbum. Fue producido por Harvey Brooks, quien perteneció a la banda de Dylan para el álbum Highway 61 Revisited (1965), y lanzado por Paramount Records. La producción está mucho más trabajada y pulida. Thom Jurek escribió lo siguiente sobre la labor de Karen en In My Own Time para AllMusic: “Crea un mundo sonoro que es simplemente diferente a cualquier otro […]. Sin disculparse ni preocuparse por la técnica, podría hacer suya cualquier canción, creando una narrativa personal que podría llegar fuera de la canción en sí…”. Algunos de los que la conocieron llegaron a decir que, si solo grabó dos discos, fue por un carácter difícil con quienes quisieran decir o retocar algo de su estilo, debido por otra parte a una vida carente de caminos de rosas.

Karen Dalton y sus dos únicos discos.
Karen Dalton y sus dos únicos discos.

Hay que destacar que Karen no componía sus propias canciones o, al menos, no cantaba las que escribía. Solo hacía versiones muy personales de otras porque afirmaba que no era necesario escribir canciones cuando otros ya lo habían hecho. No obstante, en 2015, el mundo de la música conoció su faceta de compositora. Para eso hay que irse al 2012, año en que el ya mencionado Peter Walker publicó unos escritos de Karen bajo el título Karen Dalton: Songs, Poems, and Writings.

Así pues, en 2015, el sello discográfico Tompkins Square Records contrató a 12 cantautoras para que convirtieran en canción los escritos de Karen Dalton. El álbum se llamó Remembering Mountains: Unheard Songs by Karen Dalton. Este resulta ser una descompensada mezcla de estilos, pero también muy interesante para conocer lo que Karen tenía dentro. Además, las canciones por separado son de apreciación obligatoria. Es más, tal fue el reconocimiento a Karen Dalton a partir de sus escritos y este álbum que, en el año 2020, se estrenó un documental sobre su vida y obra titulado Karen Dalton: In My Own Time, dirigido por Richard Peete y Robert Yapkowitz.

De aspecto entristecido, con larga melena castaña, alta y ausencia de un par de dientes delanteros a causa de una pelea, Karen Dalton destacaba por su nostálgica belleza y una voz melancólica en la que se nota el peso de su afligida vida y sus adicciones. Por supuesto, una voz ejecutada con crudeza y cierto desgarro emocional, pero por ello única e irrepetible. Para terminar, por qué no escuchar una muestra de lo dicho aquí en su versión de When a Man Loves a Woman, de Percy Sledge; canción en la que estallan su personalidad y sensibilidad a la hora de cantar. A lo mejor, y solo a lo mejor, estamos en mitad del proceso de reconocimiento completo de una grandísima cantante como lo fue Karen Dalton.

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