La plataforma de streaming de Apple se pone en modo Se ha escrito un crimen en esta original comedia de misterio

Hace poco más de dos años que Apple se sumó a la guerra del streaming lanzando su plataforma Apple TV+ y nadie podría imaginar lo que con ello vendría. Si bien no rivaliza directamente con el resto de plataformas en cuanto al número de suscriptores, sí es verdad que a nivel de calidad no tiene nada que envidiar a sus competidoras. Sus pocos prejuicios a la hora de invertir grandes cantidades de dinero han llamado la atención a creadores de la talla de M. Night Shyamalan, Spielberg, Ronald D. Moore o los protagonistas de este artículo: Christopher Miller y Phil Lord, la pareja de moda de Hollywood, encargada de las archiconocidas películas de animación Spider-Man: Un nuevo universo (2018), Los Mitchell contra las máquinas (2021) y La LEGO película (2014), además de haber tenido ya sus incursiones en la televisión con series como El último hombre en la tierra (2015-2018). Y es en el terreno de la televisión, de la mano de Apple, donde nos han entregado su última obra, The Afterparty, un whodunit en tono de comedia con el que volverán a ganarse a sus fans y serán descubiertos por aquellos que no lo sean.

Con un reparto de lujo con varios rostros conocidos dentro de la comedia como Sam Richardson o Tiffany Haddish, ambos los más destacados dentro de la coralidad que propone la serie, nos encontramos en ella con la típica trama de la búsqueda del culpable de un asesinato producido durante una reunión de antiguos alumnos, en la cual saldrán a la luz antiguos amores y rencores que supondrán un rompecabezas para el espectador a la hora de responder la pregunta principal: ¿Quién lo hizo?

Una combinación extrañamente acertada

Ante esta premisa, Miller, el principal encargado de la serie, juega con la idea de dar un capítulo propio a cada uno de los personajes y enfocando este según la personalidad de cada uno de ellos, a la vez que cada uno tiene su propia versión de lo que ha pasado esa noche. Vamos a encontrar por tanto capítulos musicales, de animación… Y, en definitiva, una diferente mezcla de géneros que, en principio, parece que no casan entre sí, pero que, de alguna manera, lo hacen. Una idea original que le da un plus a la serie y que, sin embargo, no acaba de quedar redonda porque suele aparecer el mismo problema: no todos los personajes son igual de interesantes. Por suerte, son conscientes de qué personajes deben tener su propio capítulo y qué personajes están de paso por la serie como alivio cómico.

Fotograma de The Afterparty.
Fotograma de The Afterparty.

A pesar de que su primer episodio, en tono de comedia romántica, no hace que la serie empiece por todo lo alto, sí que coloca las piezas en el tablero para ir creciendo con el paso de la temporada y da la oportunidad a todos estos actores, caras muy conocidas dentro del mundo de la comedia, de tener su momento de lucimiento. A mitad de temporada, en los episodios cuatro y cinco, es cuando la serie consigue llegar a altas cotas manteniendo al espectador sin tener aún ni la más mínima idea de quién o quiénes pueden haber perpetrado el asesinato.

Mención especial han de tener los dos protagonistas de estos episodios. Primero, Ilana Glazer, que deja aquí de nuevo constancia de su magnífica vis cómica a la vez que crea un personaje femenino complejo atormentado por la mala reputación que le colgaron durante su adolescencia en la fiesta de fin de curso. Segundo, Jamie Demetriou, que demuestra que ser gracioso es algo que le viene de familia en el quinto capítulo donde es el semiprotagonista con un personaje en el que muchos se verán reflejados por ser tristemente cómico. Un capítulo que emula a las locas comedias de instituto norteamericanas de principio de los 2000 como American Pie (1999) o incluso intentando una versión descafeinada de Project X (2012).

La cantidad de referencias a otras películas o series que aparecen llegan al espectador como una avalancha y son especialmente claras en el divertidísimo segundo capítulo, el cual se pasa al género de acción parodiándolo sin ninguna vergüenza y que cuadra perfectamente con el personaje en el que está centrado, pues es la clara representación de alguien a quien le flipan sobremanera las películas de Fast & Furious (2001). A pesar de esto, como se ha mencionado anteriormente, la serie no sigue una regularidad puesto que no todos los personajes calan de la misma manera en el espectador y asistimos a un flojo sexto episodio animado cuya protagonista femenina carece de desarrollo individual y es, durante toda la serie, un complemento para desarrollar un cuadrado amoroso que favorece más a los chicos protagonistas que a ella misma.

El humor como principio y fin

Si una cosa queda clara de la serie es que su tono de comedia, indudablemente, funciona, aunque muchas veces se empeñe en coquetear con la vergüenza ajena. Y funciona, sobre todo, gracias a su elenco (casi todos eternos secundarios en diferentes producciones) que da todo de sí para favorecer a la coralidad, la cual ayuda a crear un rompecabezas donde lo más importante radica en conocer la identidad del asesino y que, a la vez, por contradictorio que parezca, es un simple mcguffin para desarrollar una idea con cierto grado de originalidad donde importa más el entretenimiento que pueda suponer el recorrido que la necesidad de conocer los porqués.

Estamos, por tanto, ante un guion que funciona como un reloj, donde se lanzan los misterios y las respuestas en el momento en el que tienen que ser presentados, jugando con el espectador y haciéndole partícipe de lo que ocurre durante esta posfiesta donde somos unos colegas más, preocupados por estos compañeros. Ante todo, como espectadores curiosos empezamos a tener la urgencia de conseguir ese caramelo que durante tantos episodios se nos ha pasado por la cara y que representa al asesino. Si usted como lector ha llegado hasta aquí, debería haber llegado a la conclusión de que esta serie mejorará mucho vista en familia o con amigos para pasarlo aún mejor elucubrando en grupo y demostrar que eres el mejor investigador observando las pequeñas pistas casi imperceptibles que se han ido dejando como migas de pan durante toda la temporada hasta llegar al último capítulo, en el que todo queda atado con bastante lógica.

Por consiguiente, tras Ted Lasso y Mythic Quest, la plataforma de streaming de Apple nos da una nueva comedia con la que pasar un sobrado entretenimiento y que recientemente ha sido renovada por una segunda temporada que nos traerá un nuevo caso.

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