Conocer a un García o a un López no es para nada meritorio, pero la cosa cambia si hablamos de una persona perteneciente a la familia Ercilurrutigastañazagogeascoa, por ejemplo. Hoy, en Discordia, traemos los apellidos más extraños de España y algunas curiosidades que no conocías sobre los habituales.

El total de la población española ronda entre los 46 y los 47 millones de habitantes desde hace algunos años. El país presenta una demografía en fase de estabilización a causa del estallido de la crisis económica de 2008, cuyos efectos aún perduran, pero hasta ese momento el crecimiento fue espectacular: de los apenas 40 millones con los que España dio la bienvenida al siglo XXI, hasta un máximo de 47 millones en el que nos encontramos actualmente —datos de 2020—.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) es la entidad pública encargada de realizar el seguimiento demográfico de la población española. Como es lógico, su labor no se limita exclusivamente a medir el número total de habitantes, sino que también realiza una clasificación por sexo, edad, estado civil, situación laboral, etc. Entre los datos que recoge de forma anual, destacan aquellos que marcan especialmente la identidad de una persona: su nombre y apellidos.

A partir de los diferentes padrones municipales, el INE obtiene los datos individualizados de cada español y, posteriormente, los pone en común para elaborar pirámides poblacionales, siendo la más conocida la referente a los rangos de edad de hombres y mujeres y el número de habitantes de cada uno de ellos. En cuanto a las estadísticas sobre nombres y apellidos, vamos a detenernos en la frecuencia de aparición de cada uno de ellos para descubrir los más y los menos comunes de España.

Los más extendidos

García es, desde hace varias décadas, el apellido más común en el país. Cerca de un millón y medio de españoles lo poseen en primer o segundo lugar, y unos 78.000 en ambas posiciones —García García—. Dada su impresionante extensión, resulta difícil conocer el verdadero origen etimológico de la palabra, por lo que los diferentes historiadores trabajan con hipótesis: mientras unos se apoyan en que procede del vocablo vasco “gaztea” (joven), otros lo sitúan igualmente en la lengua euskera y aseguran que significa “el oso” (kartze-a).

Más sencilla es la procedencia de los siguientes apellidos en el ránking de los más utilizados. Se tiende a pensar que el segundo de la lista es López, pero no es así: de acuerdo con los últimos datos arrojados por el INE, Rodríguez y González cierran el podio, mientras que el cuarto es Fernández. Los siguen —ahora sí— López y Martínez en sexto lugar. Entender la etimología de estos apellidos es tan sencillo como saber que el sufijo -ez significa “hijo de” —y no es un insulto—. Por tanto, Rodríguez es “hijo de Rodrigo”, González “hijo de Gonzalo”, etc.

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Esta construcción de apellidos, denominada patronímica, no es exclusiva de la lengua española, sino que se encuentra en multitud de países de todo el mundo. Inglaterra, por ejemplo, utiliza la traducción literal de “hijo” (“son“) y la añaden al final del nombre: Richardson, Stevenson… En los países nórdicos, esta desinencia se convierte en -sen; Croacia, -ic; Grecia, -opoulos; o en la vecina Portugal, -es. Con la Eurocopa de fútbol a la vuelta de la esquina, basta con fijarse en los jugadores de cada selección para entenderlo mejor.

Los más extraños

Volviendo a la estadística de los apellidos en España, debemos tener en cuenta que solo los 20 más comunes suman hasta 11 millones y medio de personas, es decir, que en ese rango se encuentra uno de cada cuatro españoles. Sin embargo, el número total de apellidos recogidos por el INE —aquellos que poseen un mínimo de 20 personas— asciende a casi 78.000. De los que cierran la lista, la mayoría son de origen directamente extranjero, aunque coexisten con algunos compuestos de dos o más apellidos españoles. Algunos de ellos son Gutiérrez de Cos, García Mayor de Londoño o Forteza del Rey.

Esa parte baja del ránking también deja lugar a apellidos ilustres. A 1 de enero de 2020, había exactamente 20 personas en España cuyo primer apellido era Bowie, mientras que un total de 38 pueden presumir de apellidarse Gandhi. Entre los que relacionamos con personajes públicos, pero que igualmente comparten con menos de un centenar de españoles, podemos citar apellidos como Álvarez-Cascos, Rahola, Causapié o Rosety.

Y para cerrar este repaso, qué menos que detenernos en unos apellidos raros no por no comunes, sino por presentar una morfología cuanto menos llamativa. En este grupo se encuentran combinaciones de primer y segundo apellido que dan lugar a personas apellidadas “Rey España”, “Marco Gol” o “Flores del Campo”. Pero hay apellidos que destacan por sí mismos: Ercilurrutigastañazagogeascoa —considerado el apellido más largo de España—, Seisdedos, de la Polla —sí, existe de verdad—, Añonuevo o Piernabierta. Este último grupo es el que cualquier español desearía que nunca se extinguiese, sin duda.

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