Makoto Shinkai sigue fiel a su universo cinematográfico con el estreno de Suzume, una película inmortal pero imperfecta

El anime, aunque más que un género cinematográfico es un formato con un diseño de animación propio de las producciones japonesas, reúne ciertas características comunes que, si bien no están siempre presentes, son puntos de encuentro reconocibles entre el público: protagonistas femeninas y jóvenes, elementos fantásticos, temáticas relacionadas con el amor, el autodescubrimiento y el tiempo… Bajo este contexto se enmarca la nueva película del aclamado director Makoto Shinkai: Suzume, que hoy llega a las salas de cine en España tras estrenarse este año en la sección oficial de la Berlinale y triunfar en la taquilla japonesa, situándose como la octava película de anime con mayor recaudación de la historia.

La cinta narra la importante travesía de una adolescente de 17 años que, sin previo aviso, descubre que ha puesto en peligro al mundo entero por abrir un portal con el “más allá”. Souta, un joven al que conoce por sorpresa, le alerta del riesgo que supone fusionar el universo de los vivos con el de los muertos. Así, ambos comienzan a viajar a lo largo de todo Japón en busca de puertas que cerrar, un amor sincero, una metamorfosis que revertir y un recuerdo olvidado.

Fotograma de Suzume (Makoto Shinkai, 2022) que muestra el importante papel que adquieren los personajes que la protagonista va conociendo a lo largo de su viaje.
Fotograma de Suzume (Makoto Shinkai, 2022) que muestra el importante papel que adquieren los personajes secundarios que la protagonista va conociendo a lo largo de su viaje.

Con una referencia explícita a Susurros del corazón (Yoshifumi Kondô, 1995) y una inspiración clara en Sin Cara de El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001) —ambas relacionadas con el personaje del gato—, lo último de Shinkai se alinea con El recuerdo de Marnie (Hiromasa Yonebayashi, 2014) y ahonda en la infancia y adolescencia de una chica huérfana que, como si fuera un mantra, se repite que no tiene miedo a la muerte. 

El reto de concretar muchas ideas 

El director otorga al filme un ritmo constante que no decae durante sus dos horas de duración ofreciendo una historia de aventuras cercana al viaje del héroe y con pequeños pero desternillantes toques de humor. Pero, a pesar del efectivo planteamiento de su desarrollo, la narración muestra pequeñas inconsistencias narrativas que debilitan la solidez del filme. En los últimos años, otros dos animes han experimentado esta misma debilidad: Over the Sky. Más allá del cielo (Yoshinobu Sena, 2020), que intenta transportar al espectador a un mundo fantástico pero irrelevante, y, sobre todo, Belle (Mamoru Hosoda, 2021), que plantea una atractiva interpretación del cuento La Bella y la Bestia y, aun así, no encuentra una dirección clara y se pierde en la dispersión y encadenación de elementos más o menos interesantes.

Fotograma de Suzume (Makoto Shinkai, 2022).
Fotograma de Suzume (Makoto Shinkai, 2022).

En este sentido, Suzume trasciende cuando profundiza en el pasado de la protagonista, en la evolución de sus sentimientos y su propia percepción del mundo o en la relación con su madre, pues sobre estas problemáticas recae el peso de una preciosa, emotiva y reveladora escena final donde Suzume se reencuentra con su pasado y su futuro. Por tanto, es cierto que el trasfondo fantástico consigue impulsar la trama —además de otorgar un simbolismo mayúsculo a algo tan cotidiano como una silla—, pero deja tras de sí una superficialidad algo decepcionante, y más teniendo como referencia el impoluto resultado que consiguió a partir de una idea tan compleja como la de Your Name. (2016), su obra culmen por excelencia que también aborda el amor romántico y la manipulación del tiempo y el espacio.

Otro aspecto a destacar de Suzume es el protagonismo que otorga el director a los sitios abandonados a merced del olvido cuando antes fueron lugares de encuentro y creadores de recuerdos. Y resulta aún más interesante cómo relaciona estos espacios, ya sea un antiguo colegio o un oxidado parque de atracciones, con los terremotos que asolan al país nipón, tratando de ofrecer una explicación mística a un suceso natural a la par que terrorífico. Al final, y a pesar del dolor que arrastra, Suzume transmite un mensaje esperanzador propio de un proceso de madurez y autodescubrimiento donde la muerte sí es algo a lo que tenerle miedo.

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